Frescos de la Iglesia Oscura de Capadocia
La Karanlik Kilise o Iglesia Oscura es una las más espectaculares del conjunto de varios centenares de templos que se hallan en esta zona de Turquía. Unas construcciones que en realidad son excavaciones, ya que desde hace siglos el ser humano descubrió que en la región de Capadocia el terreno era fácil de excavar, debido a que se trata de un tipo de roca de origen volcánico, que no solo permite una sencilla extracción de material, sino que además posteriormente queda perfectamente estable y con interiores seguros y sin desprendimientos.
Esa peculiaridad es lo que permite el singular paisaje de las Chimeneas de Hadas, así como esas condiciones geológicos provocaron que la zona fuera ocupada con viviendas trogloditas y también fue un lugar perfecto para que los eremitas que buscaran la paz y la meditación encontraran aquí refugio y se crearan su propia cueva.
No obstante eso fue evolucionando y con el tiempo se construyeron auténticas iglesias, y el área de Göreme es el mejor exponente, ya que ahí no solo está la conocida como Iglesia Oscura, también hay otras dignas de mención como la iglesia de la Hebilla o Tokali Kilise, la iglesia de la Manzana o Elmali Kilise, la iglesia de Santa Bárbara Mártir o Azize Barbara Kilisesi, la iglesia de la Serpiente o Yilanli Kilise, y la iglesia de las Sandalias o Carinkli Kilise.
Todas ellas son un fabuloso ejemplo de arte y la pintura bizantina de la época post-iconoclasta. Es decir, cuando se dejaron de destruir imágenes por parte de los creyentes ortodoxos. Y por el contrario templos antiguos se colmaron con pinturas al fresco de vivos colores representando las figuras de personajes y pasajes de la Biblia.
En ese sentido, la iglesia Oscura es uno de los principales exponentes. Y lo es en gran parte por el motivo que le da nombre. No hay huellas de que en los periodos previos a la luz eléctrica, este templo se iluminara de modo alguno. Salvo por la luz natural que entraba por un pequeño óculo. De ahí esa cualidad de oscura y que no haya habido humos ni desgastes de ningún tipo para los frescos. Si bien es verdad que durante mucho tiempo el lugar dejó de ser un sitio dedicado al culto para convertirse en un palomar. No obstante, la profunda restauración llevada a cabo ha devuelto a su esplendor todo ese riquísimo conjunto pictórico.
Se trata de un amplio conjunto de carácter monástico originado en el siglo XI. Su interior no es muy grande, pero es increíble cómo su cúpula y los tres ábsides generados a partir de cuatro columnas están completamente cubiertos de pinturas al fresco con escenas bíblicas que relatan toda la vida de Jesús, desde la Anunciación hasta su Crucifixión. Es decir pasajes del Nuevo Testamento con episodios como el Nacimiento y Bautismo de Jesús, Lázaro resucitado, la entrada de Jesús en la ciudad de Jerusalén, la traición de Judas o la Última Cena. Aunque de todo el conjunto destaca la enorme figura del Pantocrátor en la que se ve a Jesucristo bendiciendo.