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Grafito del Palatinos

Publicado por Laura Prieto Fernández

A lo largo de la historia del arte, la figura de Jesucristo es seguramente, la iconografía más repetida; la pintura, escultura e incluso la arquitectura han evocado una y otra vez la representación de Jesucristo en la cruz desde la época de los primeros cristianos hasta el arte contemporáneo. En este sentido parece interesante preguntarse por la primera representación que se conoce acerca de la imagen de Jesús. En los primeros años del cristianismo, la figura de Jesucristo no aparecía explícitamente representada en la cruz, de hecho las representaciones paleocristianas son en realidad un escaso repertorio iconográfico en el que Jesucristo aparece representado como el Buen Pastor, con la iconografía de un ancla, un pez…

La primera representación de una crucifixión, es en realidad poco conocida. Se trata de un grafito –una inscripción en una pared- que se conoce como Grafito de Alexámenos o Grafito Palatinos. En un principio, se ha pensado que la representación debía datar de aproximadamente el siglo II d.C., pero estudios recientes datan la inscripción de en torno a los años 85 o 95 d.C. en la época del emperador Domiciano. La inscripción fue hallada en el muro de una vivienda situada en el Monte Palatino de Roma, la vivienda debió de ser adquirida para utilizar el terreno para levantar el palacio real aunque posteriormente se convirtió en paedagogium –el lugar donde se formaban los pajes imperiales-. Con el tiempo a la pared donde se encontraba el grafito se le adosó un muro a modo de soporte para las nuevas construcciones con lo que la inscripción quedó completamente lacrada.

Podríamos pensar que esta primera muestra de la crucifixión es una bella representación de la figura de Jesucristo, nada más lejos de la realidad. Es quizás su carácter irónico y poco respetuoso lo que ha hecho que ésta no sea una de las representaciones más conocidas. El grafito representa dos figuras: una de ellas –supuestamente la representación de Jesucristo- aparece representada con la cabeza de un asno mientras que a los pies de la cruz, un hombre, Alexámenos, según la inscripción le rinde pleitesía.

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En este sentido debemos poner la inscripción en relación con la época, cuando los cristianos eran ridiculizados y perseguidos por sus creencias. Acompañando a la representación hay una inscripción realizada en griego antiguo que se podría traducir por <>. Según los expertos, durante los primeros años los cristianos eran acusados por los intelectuales de la época de onolatría es decir, la adoración a un asno, lo que explicaría el motivo de tal representación. Para otros expertos esta inscripción podría tratarse de una representación de los dioses del antiguo Egipto Anubis o incluso Set, pero esta teoría no ha tenido demasiada aceptación entre los expertos.

Algunos historiadores del arte incluso aseguran que la representación de la cruz también es un motivo de sorna; una forma irónica de representar a Jesucristo ya que la iconografía de la crucifixión no se popularizó entre los primeros cristianos hasta los siglo IV o V d.C.