Retrato de Juan el Bueno
Esta obra es un magnífico ejemplo de la pintura gótica que se desarrolló en la Francia medieval. No sabemos el artista que pintó este cuadro, sin embargo sí que se puede asegurar que es una obra realizada con anterioridad al año 1350, dado quién es el retratado: Juan el Bueno, el segundo rey de Francia perteneciente a la dinastía Valois. Un dato que se confirma con la inscripción que hay en la parte superior de la imagen (si bien es una inscripción hecha con posterioridad a la pintura).
Se considera uno de los cuadros de caballete más antiguos y conservados de la historia del arte francés, tal vez por eso sea una verdadera rareza su soporte pictórico, ya que está realizado directamente sobre madera. Y no solo eso, sino que además es el primer retrato de Europa en el que se presenta a un personaje conocido. Por ello no es extraño que la obra se conserve en la gran pinacoteca francesa, el Museo del Louvre de París.
Hemos dicho que la obra es anterior al año 1350, y es que Juan el Bueno nació en 1319 y falleció en 1364, reinando únicamente desde ese 1350, y es que el personaje aquí está representado cuando era duque de Normandía, y no rey, ya que no se ha inmortalizado con el principal atributo de la monarquía, su corona.
Por otra parte la pose del retratado es de lo más oficialista, ya que se nos presenta completamente de perfil, una representación de aires muy clásicos porque es igual a las efigies y bustos de las monedas. Sin embargo, el artista anónimo que la realizó fue capaz de dotar al retrato de cierto vitalismo y verdad, algo tremendamente difícil en semejante postura.
Además de por la calidad artística de la obra, por su rareza y por su antigüedad, este retrato también es digno de conocerse para descubrir la historia de este desdichado rey de Francia. Lo cierto es que a Juan el Bueno le tocó reinar en un momento bastante convulso de la historia, ya que por aquel entonces Europa, y más concretamente su país estaba envuelto en la Guerra de los Cien Años.
De hecho, Francia fue derrotada por Inglaterra en la célebre batalla de Poitiers que tuvo lugar en 1356, e incluso el rey fue hecho prisionero y hasta tuvo que renunciar a su corona. Por estas razones es un personaje que ha pasado a la historia como un derrotado, y si se mira la posterior lista de reyes franceses, ninguno volvió a llevar el nombre de Juan.