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Guidoriccio di Fogliano de Simone Martini

Publicado por A. Cerra

Guidoriccio Da Fogliano de Simone Martini

A Simone Martini (1284 – 1344) se le considera el gran representante de la pintura gótica de Siena, su ciudad natal. Algo que también se puede traducir como el mejor exponente del conocido como Gótico Internacional, gracias a la calidad de sus obras maestras como son su famosa Anunciación o los inmensos frescos que pintó en la sala del Mappamondo del Palacio Público de Siena.

En las paredes de ese palacio sienés realizó primero una pintura con la típica imagen de la Virgen en Majestad. Una obra que hizo hacia el año 1315, y que el propio Martini tuvo que restaurar pocos años después debido a problemas de humedad. De hecho esta pintura es la primera suya que se conoce, y en ella se ve que se trata de un pintor gótico capaz de proporcionar el tamaño de todas las figuras de la composición, la cual además carece de rigidez y es mucho más flexible que en obras de autores anteriores. Aún así es innegable que todavía posee una fuerte influencia del arte bizantino.

Esta obra le valió un gran prestigio en la época y le sirvió para entrar al servicio de su ciudad, al mismo tiempo que comenzó a trabajar para el rey Roberto de Anjou de Nápoles. Eso le supuso muchos encargos, y este otro gran fresco de Guidoriccio di Fogliano es uno de ellos.

Es una obra fabulosa que además está en la misma sala del Palacio Público de Siena que la mencionada Virgen en Majestad. Es como una contrapartida, ya que está en la pared de enfrente, pero es posterior, ya que se estima que la pintó hacia el año 1328. Tiene unas dimensiones más que destacables, ya que alcanza una altura de 340 metros, mientras que se prolonga en longitud durante 968 centímetros.

Se trata de uno de los más peculiares retratos de caballeros y señores que nos han llegado del Gótico Tardío. La escena es una conmemoración de la victoria de este Guidoriccio di Fogliano sobre las ciudades de Montemassi y Sassoforte, situadas en el Maremmen y enfrentadas a Siena.

El caballero aparece solo y en el centro, cabalgando orgulloso su caballo ataviado para el combate, aunque luciendo el paño protector sobre su figura para mostrar el escudo de armas del jinete. Mientras que el escudo de Siena y el estandarte de esa ciudad aparece en el campamento de tiendas de la colina, e incluso está en una de las torres de Montemassi, ya conquistada. Mientras que Sassoforte, a la izquierda pronto caerá en manos del poder de Siena.

Lo cierto es que no tenemos constancia de que antes ningún pintor hubiera hecho un enaltecimiento tan poético de un acontecimiento histórico de su tiempo. Había habido crónicas de batallas y victorias, pero nunca contadas sin combate, ni sangre, solo con una figura poderosa cabalgando frente a sus enemigos. Un paseo que se convierte en desfile para sus conciudadanos que le honrarían en el palacio de su ciudad.