Juana de Arco, Ingres
Juana de Arco en la coronación de Carlos VII es uno de los últimos lienzos del artista francés Ingres. En realidad, este se trata de un lienzo a menudo desconocido para el gran público, más acostumbrado a las obras de Ingres cuya temática se basa en el retrato o los desnudos femeninos cultivados por el artista en obras como El Baño Turco o La Gran Odalisca. No obstante, el francés también realizó algunos lienzos con temática histórica como el que aquí nos encontramos.
Jean Auguste Dominique Ingres (1780 – 1867) es uno de los artistas a los que más difícil resulta de clasificar dentro de una determinada corriente artística, sus lienzos fluctúan continuamente entre el purismo neoclasicista y el sentimentalismo de la estética romántica. Nacido en una familia de artista su padre fue un escultor de escasa importancia que pronto supo apreciar y valorar el talento de su hijo. Su formación comenzó en la Academia de Toulouse desde donde se trasladó a Paris para completar su carrera, allí se formó en la Academia pero también recibió instrucción de uno de los grandes pintores de la época Jacques Louis David, no obstante la concepción pictórica de Ingres era mucho más novedosa que la de su maestro por lo que pronto abandonó sus enseñanzas.
Ingres viajó a Italia gracias a una de las Becas de Roma concedidas por la Academia, allí pudo conocer a los grandes clásicos y desde entonces pasó gran parte de su vida en Italia. Durante estos viajes o estancias en Italia el artista realizó un buen número de obras como la que aquí nos ocupa. La obra de Juana de Arco en la coronación de Carlos VII en la Catedral de Reims es un gran óleo sobre lienzo de tamaño vertical con casi dos metros y medio de altura y más de un metro setenta de anchura que en la actualidad se exhibe en el Museo del Louvre de Paris.
Se trata de un lienzo de historia, comprendido en la tradicional división de la pintura como un género mayor. Dentro de esta temática surgió un subgénero conocido como pintura de trovador cuando los pintores del romanticismo francés tornaron sus ojos a un pasado no clásico y del que Ingres también se hace eco en este lienzo.
Ingres nos presenta una escena en la que Juana de Arco se encuentra situada en primer plano, de pies y sujetando en la mano derecha un estandarte mientras la izquierda reposa en un altar ricamente tallado. La escena se desarrolla a cabo en la catedral de Reims, donde tuvo lugar la coronación del monarca. La heroína aparece ataviada con la típica coraza medieval que es visible en la mitad superior pero que aparece escondida tras un faldón en la parte inferior. Juana eleva sus ojos hacia lo alto brindando así su victoria sobre los ingleses a la ayuda divina. Tras Juana de Arco aparecen diversas figuras orando entre las que podemos reconocer al propio artista entre los feligreses o al monje Jean Paquerel.