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La conquista de Siberia por Yermak por Surikov

Publicado por A. Cerra

La conquista de Siberia por Yermak de Surikov

Vasili Surikov (1848 – 1916) está considerado como uno de los más grandes pintores del arte ruso. Algo que se debe tanto a su maestría con los pinceles como a su estilo realista, una vertiente estilística muy explotada por los artistas rusos, tanto pintores y escultores como literatos de la talla de Leon Tolstoi o Fiodor Dostoiesvki.

Pero además Surikov a su estilo realista le sumó su interés por representar algunos destacados episodios de la historia de su país. Y especialmente de su tierra natal: la Siberia rusa. De hecho él era descendiente de cosacos y su padre había sido un oficial del ejército. Por eso fue educado como un auténtico cosaco sabiendo montar a caballo o cazar desde muy pequeño.

Y se sentía muy identificado con la representación de este cuadro de La conquista de Siberia por Yermak, un acontecimiento guerrero en el que incluso habían participado antepasados suyos.

Es un cuadro que plasma a la perfección su estilo. Cada forma es perfectamente reconocible, desde las insignias de los uniformes hasta los dibujos de las banderas. Hasta el último detalle de la escena representada, en todos y cada uno de los personajes ha sido pintado de manera pormenorizada.

El tono general de la escena sin duda alguna es grandilocuente, para presentarnos el furor de la batalla y la grandeza de la hazaña. Y al mismo tiempo el pintor es capaz de dotar al conjunto de una fuerte carga expresiva, e incluso de algunos toques de simbolismo, sin duda mucho más reconocibles para los conocedores de la historia y la cultura de Rusia.

Sus escenas, y más estas que poseen un carácter guerrero muestran toda la pasión cosaca de su educación. Pero al mismo tiempo en la composición y la estructura de los cuadros se puede apreciar que fue un pintor con una intensa formación en la Academia Imperial de las Artes. Allí pasó varios años de estudio en los que se sabe que se dedicó a copiar y estudiar a dos de sus pintores más admirados: los maestros de Renacimiento italiano: Tiziano y Rafael.

El caso es que pese a unos comienzos difíciles desde un punto de vista económico, con cuadros como este, Surinov adquirió cierto prestigio e incluso contó con encargos relevantes y obras suyas fueron adquiridas por los propios zares, y es que sus cuadros plasman a la perfección una atmósfera de heroicidad para la historia de un pueblo, algo que siempre es del agrado de sus gobernantes.