La dama de Shalott, Waterhouse
A finales del siglo XIX y principios del siglo XX el panorama artístico europeo era una constante ebullición de corrientes artísticas: a la vez que en Francia el realismo se encontraba en auge y comenzaban a aparecer los primeros ecos de la estética impresionista, en Inglaterra un nuevo movimientos artístico y literario cobraba cada vez mayor importancia, el Prerrafelismo; según los seguidores de este grupo, la pintura de su época no hacía más que repetir las formas ya manidas y acabadas de la estética manierista, tan repetidas que ya carecían de sentido alguno. Los pintores prerrafaelitas trataban de volver a la pintura detallista, con carácter, en la que la historia quedase reflejada en el lienzo como parte de éste.
En este sentido los artista prerrafaelitas quisieron buscar sus fuentes de inspiración en la pintura anterior a Rafael de Urbino –de ahí precisamente su nombre- siendo la cultura y literatura medieval su principal fuente de inspiración. De esta manera, el cuadro que analizamos hoy es una de las mejores muestras de pintura de la época ya que se basa en una de las leyendas que más inspiraron a los prerrafaelistas, la leyenda artúrica.
John William Waterhouse (1849 – 1917) hijo de un conocido pintor londinense, el artista nació en Roma sin embargo toda su vida estaría vinculada a la capital Británica. Waterhouse mantuvo un estilo artístico definid a lo largo de toda su carrera por lo que la clasificación de sus obras puede hacerse atendiendo más bien a la temática de sus composiciones. La obra que aquí analizamos se conoce como La Dama De Shallot o La Señora de Shallot y está basada en una antigua leyenda.
En las inmediaciones de la ciudad de Camelot se encontraba la torre de Shallot en la que habitaba una bella dama retenida por una maldición. La joven pasaba el tiempo tejiendo y mirando a la ciudad de Camelot a través de un espejo ya que según la maldición que la asolaba si miraba directamente por la ventana moriría. Un día la joven pudo ver a través de su espejo a Lancelot y quedó tan prendida de su belleza que se olvidó de la maldición y lo miró directamente. En aquel momento la torre donde vivía empezó a tambalearse y la dama logró huir montándose en una barca hasta que su sangre se heló y murió presa de la maldición.
Este es precisamente el momento elegido por el pintor para representar la escena, la bella dama vaga sobre la barcaza esperando la muerte en medio de un paisaje boscoso. Waterhouse ha puesto el mayor de los detallismos en la representación de cada elemento de manera que el espectador puede fijar su mirada en diversos puntos del lienzo para encontrar detalles tales como un crucifijo o velas en el bosque.