La Fornarina, Rafael
Con el nombre de La Fornarina conocemos el particular retrato que Rafael de Sanzio realizó de esta joven supuestamente amante del artista. Si bien es cierto que en esta ocasión la complicidad entre la modelo y el artista se hace patente en un estilo desenfadado y naturalista con la que la joven dama posa para el pintor, no menos cierto es que las hipótesis acerca de su autoría aún hoy están sin confirmar. En numerosas ocasiones la leyenda y fantasía se entremezclan con los hechos verdaderos que dieron lugar a los lienzos y con el paso de los años los añadidos van decorando la historia de los mismos, estas leyendas se intensifican aún más si versan sobre el amor entre el artista y alguna de sus modelos ya que éstas suelen aparecer en distintas obras.
A finales de la primera década del siglo XVI el artista italiano Rafael de Sanzio pintó el retrato que aquí nos ocupa. Se trata de un pequeño óleo sobre lienzo que roda los noventa centímetros de altura y poco más sesenta de anchura que el artista nunca llegó a vender. La obra debió de ser pintada motu proprio del pintor y a su muerte aún se conservaba en su taller; se ha especulado que el ayudante de Rafael, el también conocido artista, Giulio Romano, pudo haber modificado la composición inicial de la obra aunque esto tampoco se sabe con seguridad. Lo que sí han revelado los análisis con rayos X es que tras el fondo oscurecido que vemos hoy día, hubo anteriormente un paisaje natural difuminado con recuerdos de la pintura de Leonardo da Vinci.
Tras la muerte de Rafael, el lienzo debió de pasar a la colección privada de pintura de la Condesa de Santafiora y desde ahí a la Galería Nacional de Arte Antiguo en el Museo Barberini de Roma. La obra representa a una joven que posa semidesnuda para el artista; la muchacha se ha situado sentada en diagonal y dirigiendo la mirada directamente hacia el espectador. El cabello lo lleva recogido hacia atrás en un moño bajo según la moda de la época y recogido con turbante de influencia oriental. Sus ojos son grandes y expresivos, enmarcados en unas facciones simétricas con una ligera sonrisa en sus labios.
En el cuerpo aparece desnuda cubriendo con gracia y naturalidad uno de sus pechos, el izquierdo, con el brazo derecho. El artista ha utilizado para ello una tela completamente trasparente que se enrolla en uno de sus brazos mientras que en el otro se adorna un discreto brazalete en el que se puede leer el nombre del artista. Las piernas de la joven aparecen cubiertas por una tela rojiza y aterciopelada en la que el artista ha plasmado algunos pliegues gruesos.
Si bien es cierto que la identidad de la joven Fornarina aún hoy es un misterio, muchos creen que podría tratarse de una panadera sienesa llamada Magherita Luti, la cual pudo ser amante de Rafael. En este sentido la hipotética historia de amor ha inspirado a muchos artistas posteriores como por ejemplo Ingres, quien realizó numerosos lienzos inspirados en la supuesta pareja.