La Transfiguración de Rafael
Este óleo pintado sobre una madera de considerables dimensiones (405 x 278 cm) es una obra íntegramente realizada por Rafael Sanzio, si bien durante mucho tiempo los estudiosos especularon con que no llegó a acabarla, por lo que la había terminado Giulio Romano tras la temprana muerte de Rafael. Sin embargo, la última restauración que se le efectuó a este trabajo que hoy posee la Pinacoteca Vaticana, ha demostrado que toda ella la realizado el gran pintor del Renacimiento.
Lo cierto es que es una composición bastante compleja. Vemos en la parte superior a Jesucristo flotando en el cielo, flanqueado por Moisés y por Elías, mientras que lo contemplan también Pedro, Santiago y Juan. Abajo vemos a los Apóstoles, así como a un joven como poseído y señalando al cielo, y a su lado hay una mujer que se ha identificado como una curandera que quería sanar al obseso.
Son como dos escenas, una superior y otra inferior. Mucho más tranquila y también más luminosa la parte del cielo, mientras que abajo es todo más convulso y agitado, con un magnífico espectáculo de color y de contrastes entre la luz y la sombra. Abajo los cuerpos se entremezclan para formar una masa y parecen que la cualidad que diferencia a unos de otros es la gestualidad de sus manos. Es todo muy teatral y dramático, superando en muchos aspectos los presupuestos estéticos del arte renacentista.
Esas manos señalan o muestran emoción, rechazo y fascinación. Y se hace hacia dos acontecimientos bien distintos. Por un lado el tema que le da título, o sea, la ascensión de Jesús a los cielos, y por otro la curación de la locura y la obsesión de ese joven. Todo parece una secuencia y la mirada se nos va de uno a otro, siguiendo sus manos y también los vivos colores de sus túnicas. Sin duda es una de las obras cumbres de Rafael, y una de las más complejas si las comparamos con otras muchos más académicas como puede ser la Crucifixión Mond.
Y es que hay que tener en cuenta que cuando pintó este gran óleo, Rafael estaba en la cúspide de su arte, lo cual no impidió que le sorprendiera la enfermedad y la posterior muerte. De hecho, la leyenda cuenta que cuando el pintor estaba ya muy enfermo pidió poder contemplar su creación. Al fin y al cabo no solo era muy hermosa, sino que además es una escena que está plasmando una curación y una ascensión celestial.