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Baltasar de Castiglione de Rafael

Publicado por A. Cerra
Baltasar de Castaglione de Rafael

Baltasar de Castaglione de Rafael

Este retrato pintado al óleo y sobre soporte de tela lo realizó el pintor italiano Rafael Sanzio hacia el año 1519, y en la actualidad se conserva en el Museo del Louvre de París.

Rafael pintó numerosos retratos a lo largo de sus 37 años de vida. Generalmente pintó a los personajes más célebres de la clase alta de su época, y entre ellos aparece el retrato a Baltasar de Castiglione, quién además era un buen amigo del artista.

Castiglione fue uno de los personajes más cultos de su tiempo, destacó como literato con su obra El Cortesano. Para Rafael representaba la perfección de los ideales estéticos y espirituales del Renacimiento. Y de hecho, su obra está considerada como un espléndido resumen de los preceptos que guiaron la cultura del Clasicismo.

Es decir, este lienzo nos presenta a un personaje no tan conocido como los grandes artistas renacentistas, pero que sin embargo fue tremendamente importante en el pensamiento estético y artístico de su tiempo. Pero no solo eso, el propio retrato es un obra artística de primer orden, y que se convierte en un excelente trabajo retratístico que realizó Rafael.

Su producción pictórica es extraordinariamente famosa, y hasta popular, por sus pinturas religiosas, esencialmente por su cuadros sobre la Virgen como La Madonna del Gran Duque o la Madonna del Jilguero. Analizando este tipo de obras y comparándolas con sus retratos, como este de Baltasar de Castiglione o el que realizó al Papa Leon X, se pueden descubrir interesantes diferencias entre su modo de pintar un tipo de género y otro.

La principal diferencia entre unas y otras obras es ver como Rafael en sus madonas nos plantea imágenes mucho más ideales, basadas por completo en la búsqueda de la armonía y por lo tanto de la belleza. Sin embargo, en sus retratos no es que se aleje de esas ideas, pero no tiene problema alguno en centrarse en plasmar la realidad aunque eso suponga ver defectos de los representados. Es decir, es muy naturalista a la hora de acometer sus retratos.

Y además se nos muestra como un extraordinario pintor a la hora del manejo del color. En el caso de la efigie de Baldassare Castiglione vemos una imagen en la que destaca enormemente el uso de los tonos grises y los negros sobre un fondo neutro de tonalidad muy clara. Ese fondo, el traje oscuro, el sombrero totalmente negro y típicamente florentino que lleva sobre la cabeza, la poblada barba, también oscura, y el pañuelo blanco sobre el cuello y el pecho, hacen que todos esos elementos y colores sirvan para hacer destacar el rostro realista de Castiglione, en el que el pintor ha puesto todo su interés en representar una mirada aguda, sabia y muy expresiva.