Arte
Inicio Pintura, Postimpresionismo La iglesia de Auvers sur Oise, Van Gogh

La iglesia de Auvers sur Oise, Van Gogh

Publicado por Laura Prieto Fernández

El lienzo de La iglesia de Auvers sur Oise es una de las obras más destacadas del artista postimpresionista Vincent Van Gogh. El artista encontraba a menudo inspiración en las formas que le rodeaban, los campos sembrados, la flores o incluso su propia habitación han pasado a ser elementos artísticos en la obra de este artista que supo encontrar la belleza en las pequeñas cosas que le rodeaban plasmándolas eso sí, con grandes dosis de imaginación a través de sus pinceles y sus lienzos.

800px-Vincent_van_Gogh_-_The_Church_in_Auvers-sur-Oise,_View_from_the_Chevet_-_Google_Art_Project

Vicent Van Gogh (1853 – 1890) es el pintor neerlandés más destacado de la corriente postimpresionista y en la actualidad, uno de los pintores más reconocidos de toda la historia del arte aunque mientras estuvo con vida su pintura no fue en absoluto valorada y tan sólo vendió un lienzo, un hecho que a la luz de hoy en día se ve como una paradoja ya que en la actualidad algunos de los lienzos del artista han llegado a convertirse en los más caros de la historia. Su primera vocación se encaminó hacia el sacerdocio y el artista se incorporó tarde al mundo artístico, no obstante el pintor llegó a realizar más de novecientas obras de arte distintas. Durante un tiempo residió en París pero pronto decidió trasladarse a Arles donde quiso formar una escuela artística, allí su precaria salud mental hizo imposible la convivencia y el artista acabó ingresado en un centro psiquiátrico en Saint Remy; por sugerencia de su hermano Theo Van Gogh se trasladó desde este centro sanitario al norte del país y desde allí decidió asentarse en la localidad de Auvers sur Oise para que lo tratase un médico diferente.

En este lugar pasaría los últimos dos meses de su vida llegando a ejecutar casi cien obras distintas, de todas ellas esta es la única pieza que dedicó a la iglesia del pueblo. La iglesia era de estilo gótico y fue levantada en torno al siglo XIII, en sus inmediaciones contaba con dos capillas románicas reaprovechas de una arquitectura anterior. Se trata de una escena nocturna en la que la construcción sobresale en medio de una noche oscura. Flanqueando la iglesia aparecen dos caminos serpenteantes que según la representación de Van Gogh parecen estrangular la arquitectura haciendo que ésta vibre y se tambalee desde sus cimientos, de este modo la iglesia parece estar a punto de derrumbarse o ser parte de una visión fantasmagórica.

En el cielo podemos ver las mismas formas arremolinadas que el artista utilizó en otros de sus lienzos como por ejemplo en La noche estrellada, sin embargo en esta ocasión son solo azules los que forman la composición. En la pintura se observa la importancia que el artista ha otorgado al dibujo, las formas se delimitan con gruesas líneas negras en las que se puede apreciar la influencia de la técnica del cloisonne heredada de Gauguin. Por su parte el colorido del lienzo es muy libre y no se ajusta demasiado a la realidad de manera que éste se convertirá en una de las mejores influencias para fovistas e impresionistas.