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La vendimia de Goya

Publicado por A. Cerra

La vendimia de Goya

Esta obra la realizó Francisco de Goya en el año 1786, durante el periodo que trabajó pintando cartones que sirvieran de modelo para la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara. Para ellos realizaba previamente varios bocetos sobre el tema encargado, de hecho sobre este de la vendimia se han conservado alguno conservado en un museo tan lejano como el Instituto de Arte Clark de Massachusetts, Estados Unidos. Y tras aprobarse ese modelo previo ya se realizaba el cartón definitivo a un tamaño superior. Y esta es la obra que os mostramos aquí, la cual se conserva y expone en el Museo del Prado de Madrid.

Este tipo de obras le sirvieron mucho a Goya, no solo para hacerse un nombre y ganar un buen dinero, sino también para depurar mucho su técnica y hacer una estupenda representación de las costumbres de la época. Y es que realizaba cartones casi siempre ambientadas en la vida popular y también cortesana del siglo XVIII, muchas veces plasmada en series. Por ejemplo, este cuadro de La vendimia era la representación del otoño, dentro de una serie sobre Las estaciones en las que pintó otros tres cartones más que son La nevada (invierno), Las floreras (primavera) y La era (verano).

Eran cuadros destinados a convertirse en costosos tapices donde se usaban no solo hilos de seda, sino también de oro o de plata si era necesario. Unas obras de primerísima calidad destinadas a la monarquía y selecta clientela aristocrática. De hecho, la serie de las estaciones estaba destinada a las habitaciones que tenían los Príncipes de Asturias en el Palacio Real del Pardo.

Optó por la uva y su recolección como símbolo de la época otoñal. Y para ello ideó una escena campestre donde los personajes se distribuyen en una composición piramidal, tan típica de estos años en los que académicamente está triunfando el arte Neoclásico. Además al ser un tipo de obra destinada a ser la guía para luego tejer un tapiz tenía unos condicionantes técnicos que cuadraban mucho con ese estilo, como era componer zonas de color muy definidas. No obstante, Goya incluso en estos años y con encargos tan definidos ya se muestra como un genio. De manera que es capaz de hacer estas obras como una pincelada muy rápida y luminosa, dejando notas de su talento en su capacidad para pintar detalles magníficos en el vestuario de los personajes o en el propio cesto de uvas que lleva una mujer sobre la cabeza. Tanto que este cesto con las frutas recién vendimiadas casi podría convertirse en un bodegón por sí solo.