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Lago Achensee de Zhang Daqian

Publicado por A. Cerra

Lago Achensee de Zhang Daqian

Desconocemos casi por completo la pintura china, tanto la antigua como la realizada en las últimas décadas. Por ejemplo, el nombre de Zhang Daquian (1899 – 1983) es prácticamente un desconocido para la gran mayoría de personas. Sin embargo es uno de los artistas más cotizados del arte chino del pasado siglo XX. Y lo es por su singularísima mezcla de arte oriental y occidental.

El hecho es que este pintor tuvo unos orígenes en una familia muy humilde, en absoluto vinculada con el arte, pero que sin embargo no tuvo reparo alguno en animarse a dedicarse a la pintura. Tanto que con apenas 18 años se fue con su hermano a Japón a formarse como colorista. Y tras esa estancia se instaló un tiempo en Shanghai, ciudad donde conoció a los grandes clásicos de arte chino. Unos clásicos a los que estudió sin descanso y también aprendió a copiar. De hecho, lo hacía también que incluso vendió cuadros a museos occidentales, pero que en realidad eran copias falsas de artistas como Shitao. Si bien en su descarga hay que decir que los conceptos de copia y obra falsa son distintos en China.

Esa capacidad demuestra su tremenda habilidad con los pinceles y pasión por el arte de su país. De hecho se convirtió en un importante coleccionista de obras de arte chino. No obstante, Daqian comenzó a viajar. Primero por el continente americano, desde Argentina hasta California, y después por todo el mundo. Eso le abrió las perspectivas artísticas, y como si fuera una esponja se fue empapando de las más variadas influencias pictóricas de occidente.

A eso se sumó un acontecimiento trascendental. Hacia los años 50 fue perdiendo la vista a gran velocidad. De manera que su arte preciosista ya le era imposible realizarlo. Fue entonces cuando comenzó a crear sus conocidas “pinturas salpicadas”, las cuales en más de una ocasión se han vinculado con action painting del Expresionismo Abstracto del estadounidense Jackson Pollock.

Aunque él siempre ha reivindicado que para esas “pinturas salpicadas” considera mucho más relevante la influencia del pintor clásico chino Wang Mo.

Una buena muestra de este tipo de creaciones es este cuadro del Lago Achensee realizado en 1968 sobre superficie de seda. Aquí ha pintado un paisaje alpino, y para su representación funde la abstracción y también lo figurativo. Siempre con tono lírico que caracteriza al paisajismo oriental. Sin duda tiene algo de expresionismo, algo de la abstracción lírica europea y mucho del arte chino. Una fusión única, espectacular y magnética. Hermoso pero también muy cotizado, ya que las pinturas de Daqian, aunque no sea un nombre muy conocido por el gran público, siempre se venden a unos precios muy elevados.