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Lago Keitele de Akseli Gallen-Kallela

Publicado por A. Cerra

Lago Keitele de Akseli Gallen-Kallela

Akseli Gallen-Kallela (1865 – 1931) fue un pintor finlandés, un creador que con su arte quiso poner en valor su país, el cual había estado dominado por Suecia durante siglos, y posteriormente fue un territorio autónomo bajo el amparo de los zares rusos. Si bien con la Revolución Bolchevique de 1917, Finlandia consiguió su total independencia hasta el día de hoy.

Antes de que eso se lograra, desde mediados del siglo XIX, y de una forma cada vez más fuerte, se fueron reforzando los hitos culturales y paisajísticos del país para reafirmar su identidad nacional. Y si en la música destacó un compositor como Jean Sibelius o en la arquitectura adquirió renombre Eliel Saarinen, en el campo de la pintura fue Akseli Gallen-Kallela el creador de obras que divulgaran la situación de su país como por ejemplo sus pinturas murales realizadas para el Pabellón de Finlandia en la Exposición Universal de París de 1900.

Y si bien, Gallen-Kallela tuvo un espíritu nacionalista en cuanto a temáticas y motivos de inspiración, su estilo fue todo lo contrario. Es un claro ejemplo de un autor internacionalista, en lo cual sin duda influyó su formación en París y sus años en Berlín.

Eso sí, aunque su técnica fuera muy internacional su obra es muy finlandesa. Vemos por ejemplo este paisaje del lago de Keitele, un óleo sobre lienzo que elaboró en 1905. Este lago lo pintó en varias ocasiones y es que era un lugar referente de la región de Karelia, un territorio remoto que se consideraba como la cuna de las tradiciones del país.

Curiosamente esta obra aún la firmó con la versión sueca de su nombre, Axel Gallen, que fue el primer nombre con el que se dio a conocer y ganar cierta fama.

Si observamos la imagen de alguna forma es una extraordinaria metáfora visual de la imagen de Finlandia. Un lugar tan fríamente elegante. Se ven una gran masa de agua, y tan solo en la parte superior, una pequeña isla, vegetación, montañas en el horizonte y de nuevo las nubes que se reflejan en la superficie del lago.

Aunque existe cierta simbología respecto a los relatos legendarios de esa región finesa, lo cierto es que la tela es un fabuloso ejemplo de una pintura decorativa propia de estos años del Modernismo. Y tiene ciertos detalles pictóricos que nos hablan de un artista de calidad y con una personalidad propia a la hora de enfrentarse a un lienzo. Ese tipo de detalles son su forma de organizar la amplia superficie acuática, donde lo mismo se distingue el movimiento del viento sobre el agua que llama la atención la alargada sombra de la vegetación de la isla, la cual solo es posible en un horizonte tan bajo y en una latitud tan septentrional como la que tiene el lago Keitele.

En definitiva, una obra interesante de un autor no muy conocido fuera de su país, pero con calidad suficiente como para que grandes museos, como la National Gallery londinense tengan obra suya.