Las Crónicas de Jean Froissart
Uno de los mejores documentos para conocer la Guerra de los Cien Años son las Crónicas que escribió el clérigo Jean Froissart. Un texto que redactó muy poco después de la Batalla de Creçy a mediados del siglo XIV. Si bien las ilustraciones de las que hoy vamos a hablar están hechas para este libro más o menos un siglo después, entre los años 1450 y 1475, y son obra del miniaturista Loyset Liedet.
Estos dibujos de Liedet hoy se pueden ver gracias a que están conservados en la Biblioteca Nacional de Francia, en París. Y la verdad es que son bastante fieles al texto de Froissart, el cual a su vez se supone que es bastante fidedigno a lo que realmente debió ocurrir, ya que no solo se basó en documentos de la época, sino que también tuvo en cuenta los relatos de los combatientes y los testigos de estos enfrentamientos. E incluso podemos decir que tuvo en cuenta los puntos de vista de los bandos enfrentados, ya que Froissart trabajó tanto para la corte británica como para uno de más estrechos aliados de los franceses, el ducado de Luxemburgo.
Gracias a esa cercanía a los hechos, el texto le da a Liedet todas las claves para dibujar de forma correcta tanto el armamento, como las ropas o las tácticas de aquella época. Por ejemplo, vemos que los ingleses suelen llevar un arco muy largo, su preferido porque era más manejable y ligero, aunque menos mortal que la ballesta, por la cual tenían más predilección las tropas francesas, en las que se sabe que participaba un grupo de mercenarios ballesteros originarios de Génova.
Incluso los especialistas piensa que la derrota en la batalla de Cerçy por parte de Francia pudo deberse a un abuso de esta arma, la cual era muy pesada y para cada disparo necesitaba de bastante tiempo de preparación, algo que no existía cuando la lucha era casi cuerpo a cuerpo.
En cambio, gracias a las continuas flechas de los arqueros de Inglaterra se impedía que llegara la caballería. Un cuerpo militar que para Froissart era el más importante, pero que de alguna forma él mismo se dio cuenta que aquellos ideales caballerescos de tiempos pasados estaban siendo abandonados con las nuevas formas de guerrear.
Todo eso es de lo que nos habla el texto y es lo que magníficamente ha sabido representar con una calidad meridiana la ilustración de Liedet. Por todo ello este conjunto de las Crónicas de Froissart con sus respectivas miniaturas es un documento tremendamente valorado por los historiadores, independientemente de su calidad artística. ¡Qué también la tiene!