Las Vanguardias del Siglo XX
En los primeros años del siglo XX, una serie de grupos de pintores jóvenes empiezan a buscar un nuevo lenguaje estético, que sea coherente con la nueva sociedad del siglo XX, en la que se encuentran los automóviles, los cines, los aviones, etc. Buscan un arte que pueda satisfacer al ser humano moderno, al nacido de la civilización industrial. El camino que emprenden tiene una doble dirección, por un lado la de desmontar los valores del arte tradicional, en apariencia inamovibles, y por el otro, la de concretar alternativas en la búsqueda de un nuevo arte, acorde al nuevo siglo.
El nuevo arte del período queda al margen de cualquier dogma o principio universal, disgregándose en un montón de tendencias distintas que se suceden vertiginosamente y conviven en el tiempo y en el espacio. Muchas de ellas son contradictorias entre sí, pero comparten un carácter radicalmente innovador, son las vanguardias, llamadas así por ir por delante del gusto predominante. El Impresionismo fue el último de los estilos unitarios, tras él, predomina la diferencia entre los artistas. El arte del siglo XX, condicionado por las transformaciones políticas y socioeconómicas, se democratiza también, ya que ahora se dirige a todas las conciencias estéticas, no solamente a los grupos de poderosos.
Las vanguardias tienen en común la búsqueda de un nuevo lenguaje expresivo, de nuevos temas y, ante todo la defensa de la libertad del artista. Fueron corrientes de creación que buscaban abrir caminos nuevos en la expresión artística, ya que para ellas el fin del arte no es representar la naturaleza o la historia, sino para que el artista exprese su interior. Las vanguardias fueron muy numerosas, pero pueden sintetizarse en dos posiciones básicas, por un lado, las que buscan respuestas a sus preguntas mediante el uso de la razón, como el Racionalismo, el Neoplasticismo o el Cubismo y, por otro, las que las buscan mediante la utilización de la emoción, como el Expresionismo, el Dadaísmo o el Surrealismo.
Los iniciadores de las vanguardias se conocían y convivían entre ellos y, aunque cada uno defendía su punto de vista, solía comprender y respetar la valoración estética de los demás. Una gran parte de estos artistas que conformaron las vanguardias, viven en el París de los primeros años del siglo XX, con lo que esta ciudad se convierte en el centro del arte, sobre todo el entorno del Barrio Latino. La mayoría de estos movimientos nacen en su momento como “malditos” en los primeros años, pero luego son plenamente aceptados por el público. Por último, cabe destacar que ningún artista permaneció en un estilo de forma inmutable a lo largo de su carrera, por lo que resulta más correcto hablar de diferentes etapas dentro de la trayectoria personal de cada uno de ellos. No debemos olvidar en ningún momento que, ante todo se trata de un arte individual, por lo que cada artista experimenta a su manera.
Entre estas vanguardias o “ismos” de los primeros años del siglo XX cabe destacar el Fauvismo, el Expresionismo, el Cubismo, el Futurismo, el Dadaísmo, el Surrealismo y la Abstracción.