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Libro de las Maravillas de Marco Polo II

Publicado por A. Cerra

El Califa de Bagdag y los cristianos

En el post anterior hemos hablado del códice miniado que trata sobre el Viaje de Marco Polo a a Oriente, es decir, sobre las miniaturas que ilustran su relato del Libro de las Maravillas. Pero ya hemos mencionado que en este libro salvaguardado en la Biblioteca Nacional de Francia también tienen cabida otros textos medievales que hablaban sobre Oriente, especialmente sobre el Próximo Oriente, cuando ese territorio era objeto de las Cruzadas.

Por ello aparecen miniaturas como la que encabezan estas líneas en la que se representa al Califa de Bagdad atendiendo a una delegación de cristianos. Una escena que es fantasía pura por parte del ilustrador. Para empezar por que se desarrolla en el exterior, en vez de en alguna estancia palaciega, y además por ese paisaje no tienen nada que ver con el paisaje iraquí.

Además de estas representaciones, el libro también incluye una serie de mapas y diagramas que intentan dar una visión geográfica de los lugares que Marco Polo visitó. Aunque estos mapas carecen de la precisión que esperaríamos hoy en día, son fascinantes en su intento de representar un mundo desconocido y exótico para los europeos de la época.

Y es que no se trata de dibujos descriptivos en el sentido que nosotros los entendemos, y sus artífices recurrían a la imaginación siempre que lo necesitaban, además de que evidentemente jamás habían estado en Asia, ni en el Próximo ni en el Lejano Oriente.

Por eso a veces son más interesantes cuando relatan hechos más concretos que a su vez vienen descritos en el libro de Marco Polo. Es el caso de otra escena que representa la llegada al Puerto de Hormuz.

El Puerto de Hormuz

Este lugar es una isla que se encuentra entre el mar Arábigo y el golfo Pérsico, enfrente del territorio iraní de la actualidad. Allí paró la expedición de Marco Polo en su camino a China. También está claro que Hormuz será bien diferente a ese aspecto europeo con el que está representada, pero es interesante fijarse en ciertos detalles de la ilustración.

Por ejemplo se ven los camellos en la orilla, que según Marco Polo eran el medio de transporte utilizado aquí para las mercancías que llegaban hasta el puerto. Aunque también aparece un elefante en el barco, un animal casi fantástico para el público europeo.

No hay que olvidar que la visión de Marco Polo es la de un mercader que viaja para hacer fortuna, por eso abundan las descripciones de los recursos que posee cada lugar que visita, así como hace hincapié en los medios de producción o explotación. Y sobre todo ensalza las riquezas de ciertos territorios y ciertos materiales preciosos. En esta línea se entiende que su relato de sus viajes se titule El libro de las maravillas, lo que ya nos da una idea sobre su objetivo. Y no solo eso, sino que a veces es tan exagerado que popularmente llegó a ser conocido como “Il milione” en alusión a que todo lo contaba por millones.

Además de las maravillas materiales, Marco Polo también se fascinó con las diversas culturas y costumbres que encontró en sus viajes. Sus descripciones de las prácticas religiosas, las tradiciones y los estilos de vida de las personas que encontró son igualmente valiosas para los historiadores que estudian la época. Aunque estas descripciones a menudo reflejan su propia perspectiva y prejuicios, aún proporcionan una visión única de un mundo que de otro modo sería inaccesible para nosotros.