Mariana Pineda en capilla de Juan Antonio Vera Calvo
Mariana Pineda en capilla de Juan Antonio Vera Calvo
Este cuadro a día de hoy ocupa un lugar destacado en la sala donde se reúnen los portavoces de los diferentes grupos parlamentarios presentes en Congreso de Diputados de España. Y es que el lienzo se inspira en la vida de uno de los personajes que mejor ejemplifica como las libertades del pueblo las puede defender un personaje humilde. Si bien es cierto que Mariana Pineda, la mujer que evoca la tela del Congreso, fue perseguida por ello, detenida y finalmente ajusticiada públicamente.
Un relato que nos traslada a comienzos del siglo XIX. Esa fue la época en que vivió esta mujer granadina, si bien lo hizo durante muy pocos años. Fue poco tiempo, ya que Mariana Pineda nació en 1804 y con solo 26 años fue condenada a la muerte por garrote vil en una plaza pública. Una vida escasa, pero realmente intensa.
Siendo una niña se quedó huérfana y pasó a vivir con un tío. Pero a los 15 años ya estaba casada, y pronto fue madre, aunque también rápidamente quedó viuda. Más tarde tendría una segunda niña fruto de otra relación. El caso es que durante todo ese tiempo se empapó de los ideales liberales, y eso al final fue su perdición.
Su detención se produjo en 1831, y aunque contaba con antecedentes previos, el delito fue que había tejido una bandera con la leyenda: Ley, Libertad e Igualdad. Unas proclamas muy liberales y en total conflicto con los ideales absolutistas que representaba el gobierno absolutista del rey Fernando VII.
Con aquella detención, las autoridades querían que delatara a otros activistas liberales, cosa que ella nunca hizo, y por ese motivo fue condenada a muerte. Pero antes de cumplirse la sentencia se la trasladó al convento granadino de las monjas de Santa María Egipciaca. Y es precisamente ahí donde se ambienta la escena que vemos en este cuadro.
La obra evidentemente es una invención, ya que el pintor sevillano Juan Antonio Vera Calvo (1825 – 1905) la realizó mucho después de aquellos acontecimientos, en 1862, y por supuesto no estaba presente en aquel momento. Pero el pintor aplicó todo su estilo costumbrista y su maestría pictórica para plasmar una imagen con toda la solemnidad y popularidad que después se la ha dado a esta heroína de las libertades a la cual se le han dedicado numerosos cuadros, canciones, poemas, películas y hasta el propio Federico García Lorca, la convirtió en el personaje clave de una de sus obras de teatro protagonizadas por mujeres. Una obra que no podía tener otro título que Mariana Pineda.
