Molino de Flatford de Constable
Esta tela del artista inglés John Constable en la actualidad se puede ver en la Tate Gallery de Londres.
Se trata de una obra que realizó en 1817 y con la que inauguró su serie de pinturas de gran formato cuyo objetivo es retratar los paisajes del condado de Suffolk, y concretamente de la zona de Flatford, donde también pintó otras de sus obras maestras como es La esclusa. Y es que no hay que olvidar que el molino de Flatford que aquí nos presenta perteneció a su padre.
En esta ocasión vemos un paisaje de aspecto y atmósfera muy serena, ambientado durante el verano, y todo lo que vemos, tanto los personajes como los caminos o el arbolado invitan al espectador a adentrarse en ese entorno y recorrerlo. Pero ha de hacerlo en un orden concreto, siguiendo el sendero que bordea el río y que nos conduce hasta el molino. Sin duda alguna todo queda imbuido de una ambientación nostálgica y alegre de recuerdos de la infancia del pintor.
Pero además de eso se puede apreciar el inmenso talento de Constable, especialmente destacable a la hora de pintar árboles, uno de sus motivos favoritos. Unos árboles que están integrados en el paisaje, pero que al mismo tiempo trata como elementos individuales de gran complejidad.
Otra nota muy interesante de esta obra es su encuadre, y como lo aprovecha para componer una escena de ritmo envolvente que lo lleva a caminar por ese camino, disfrutar de las sombras de los árboles, refrescarse en el agua y casi oler la hierba.
Todo ello plasmado en una perfecta armonía tonal que va de los ocres del terreno, a los verdes suaves del prado, que se convierten en brillantes en las copas de los árboles, los rojos de la arquitectura, y el azul del cielo. Una variedad y riqueza de colores que nos la muestra extraordinariamente limpia, gracias a esa atmósfera transparente y luminosa del verano.
No en vano, era un paisaje que no solo conocía muy bien. Había vivido desde la infancia en este Molino de Flatford y sencillamente era un lugar que quería. De hecho, a sus amigos escribió más de una vez sobre estos parajes, y dijo que mientras pudiera pintar jamás dejaría de hacerlo aquí, porque tal y como él mismo dijo: “la pintura para mí es un sentimiento”.
Una idea que desde Gran Bretaña le une con otros paisajistas del Romanticismo del continente europeo, si bien, Constable se nos muestra como un pintor de ambientes más amables que otros contemporáneos como puede ser Caspar David Fiedrich, con el que también se puede establecer otra gran diferencia. Constable pintaba paisajes reales, mientras que Fiedrich recurría a personalísimas composiciones, como puede ser el caso del Caminante sobre mar de nubes.