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Muro de las Lamentaciones de Gustav Bauernfeind

Publicado por A. Cerra

El Muro de las Lamentaciones de Gustav Bauernfeind

Este cuadro lo pintó el artista alemán Gustav Bauernfiend el último año de su vida (1848 – 1904), y sin duda alguna es una de sus grandes obras que lo convierten en el más destacado pintor orientalista del arte alemán.

Gustav Bauernfiend nació en la población de Sulz am Neckar, pero pronto recaló en la ciudad de Stuttgart, donde se formó como arquitecto y donde además destacó por sus grandes dotes para el dibujo. De hecho, su labor inicialmente se desarrolló en el campo de la construcción y sus ilustraciones se dedicaban a mostrar edificios. No obstante, ni una cosa ni otra le satisfacían especialmente.

Decidió viajar a Italia, donde siguió experimentando en el campo del dibujo y dio sus primeros pasos como pintor. Pero iba a ser otro viaje el que por fin despertara todas sus cualidades. Fue entre los años 1880 y 1882 cuando descubrió Oriente Medio. Allí permaneció un tiempo y quedó fascinado por esos lugares.

Es cierto que regresó a Alemania y que se casó, pero su arte orientalista no era demasiado apreciado en su país natal. De manera que unos años más tarde, en 1896 retornó al Próximo Oriente, y allí se estableció con su familia de forma definitiva. Recorrió muchos lugares de la región, pasó un tiempo en Líbano y también en Siria, pero fue Palestina el sitio que más le maravilló, y especialmente Jerusalén, la ciudad donde falleció en 1904.

Fue allí donde pintó este cuadro de El Muro de las Lamentaciones que resume todas sus características y estilo. Se nos muestra como un autor obsesionado por el detalle, de hecho, sus telas tienen casi una precisión fotográfica, lo cual muchos críticos lo vinculan con sus inicios como arquitecto y sus preciosistas dibujos de edificaciones.

Pero en la tela hay algo más que dibujo. Para empezar hay un tratamiento del color muy interesante, tal y como aprendió contemplando arte italiano, especialmente de la escuela de Venecia, la más orientalista de todas las escuelas pictóricas europeas.

Y además en todas sus obras palestinas, tiene una importancia relevante la espiritualidad del lugar. Sin reparo alguno muestra la convivencia que entonces había entre una población de diferentes credos. Una convivencia entre musulmanes, cristianos y judíos que siempre es palpable en las imágenes de Bauernfeind. Es algo que al artista le fascinaba y hasta le conmovía tal y como lo muestra en sus obras. Sin embargo, parece que a sus compatriotas coetáneos nunca les terminó de encantar, ya que le costaba mucho vender sus obras. Y cuando murió, sus cuadros y su nombre prácticamente cayeron en el olvido. Algo que cambió radicalmente en los últimos años del pasado siglo XX, cuando se subastaron algunas de sus telas y alcanzaron unas cotizaciones sorprendentemente elevadas de varios millones de dólares.