Naturaleza muerta al claro de luna, Dali
Naturaleza muerta al claro de Luna, también conocido simplemente con el título de Pez y balcón es una de las obras más interesantes del pintor surrealista Salvador Dalí. En realidad, otras obras de Dalí como la Persistencia de la Memoria o el Gran Masturbador, son mucho más conocidas que este lienzo pintado en la segunda mitad de los años veinte, sin embargo la obra muestra mucho mejor que otros lienzos más conocidos, las fuertes influencias a las que estaba sometida la obra de Dalí.
Quizás el Dalí extravagante, autor de cuadros oníricos y surrealistas que se embebió del estilo dadaísta sea la faceta más conocida de este destacado pintor, no obstante en su producción se puede observar un Dalí con una amplia formación artística, donde cada uno de los elementos de sus pinturas muestra un aspecto destacado de una iconografía sutil y personal.
Eugenio Salvador Dalí i Doménech (1904 – 1989) nació en el seno de una acomodada familia catalana. Desde muy pequeño empezó a practicar el arte de la pintura comenzando su formación con el pintor Juan Núñez. En 1921 fue aceptado en la Academia de Bellas Artes de San Fernando de donde lo expulsaron Breton y a sus seguidores. De vuelta a Barcelona Dalí realiza su segunda exposición en la Galería Dalmau donde exhibe por primera vez esta Naturaleza Muerta al claro de luna.
Se trata de una obra profundamente simbólica realizada en óleo sobre lienzo con formato vertical y que mide unos ciento noventa centímetros de altura y algo más de ciento cuarenta centímetros de ancho. La obra es el culmen de la etapa lorquiana en la pintura de Dalí; Federico García Lorca fue una de las figuras que más influyó en Dalí. Si entre ambos existió algo más que amistad aún se debate en los círculos del arte pero sea como fuere lo cierto es que entre ellos existió una fuerte conexión. En sus cartas el propio Dalí narra la intención de representar a su amigo como si de un San Sebastián se tratase y quizá por ello muchos críticos han querido mostrar una iconografía oculta en este lienzo que relacione a Lorca con San Sebastián. En este sentido algunos historiadores del arte hablan de la idea de que la cabeza tendida –tomada de los moldes de escayola con los que el propio artista practicaba la escultura- podría representar a Lorca y a Dalí mientras que los peces rígidos y acartonados representarían las lanzas que atravesarían el cuerpo del santo y que ambos artistas utilizaron continuamente con una fuerte carga erótica.
Pero en el lienzo no solo se hace patente la influencia que Lorca tuvo en Dalí, también el artista muestra la influencia que para su obra tuvo la figura de Pablo Picasso; así el artista nos muestra una vista nocturna de una ciudad desde un balcón, un recurso muy utilizado por Picasso, al igual que la composición a base de planos geométricos que anuncian el cubismo picassiano. La gama cromática dominante es oscura con negros y grises donde destacan los colores claros en el centro de la composición.