Pinturas de Fra Angelico en el convento de San Marcos
Fra Angelico, cuyo nombre real sería Guido di Pietro, comenzó en la pintura a una edad avanzada. Y precisamente su primer gran trabajo sería en el Convento de San Marcos ubicado en la ciudad de Florencia. Allí aproximadamente en el año 1433 pintaría el conocido como el Tríptico de los Linaiuoli, que todavía se expone en la sala del refectorio, situada en la planta baja del convento.
Pero como decimos esa fue la primera pintura, pero sin salir de ese convento realizó otras muchas obras. Por eso hoy en día se guarda gran parte del conjunto de la obra pictórica de este monje-artista que representa el comienzo del Renacimiento.
Por ejemplo, allí se ve un Retablo de la Trinidad. Una obra que comenzó el pintor Lorenzo de Mónaco por encargo del aristócrata Palla Strozzi, pero aquel artista tan solo dejó acabado los pináculos de la parte alta que relacionan la tabla con el arte gótico. Sin embargo, luego el repertorio de figuras ya iba a ser obra de Fra Angelico, el cual les daba a sus figuras un porte monumental que es una de las vías que abrió para la nueva representación que llegó en el Quattrocento.
También en el convento de San Marcos se conservan muchas de las pequeñas pinturas decorativas que hizo para cierto mobiliario litúrgico.
Así como hay muestras de sus trabajos al fresco. Es decir que pintó sobre distintos tipos de superficie, y un ejemplo es el mural de Noli me Tangere, donde representa la aparición de Jesucristo ante la María Magdalena que llora junto al sepulcro donde ha sido enterrado tras la Crucifixión.
Pero no es el único fresco, también hay pinturas murales de Fra Angelico en las celdas del convento, pinturas que diríamos de uso más privado por parte de los monjes, por lo que a veces tienen un tono más inspirador y simbólico. Todo lo contrario al gran fresco que hizo sobre la Crucifixión en la Sala Capitular.
Y por supuesto hay representaciones de uno de los temas predilectos y más emblemáticos de este pintor. Nos referimos a La Anunciación que pintó en diversas ocasiones. En concreto, dentro del convento de San Marcos podemos ver una representación mural de esta escena en la parte final de las escaleras que llevan hasta las celdas de los monjes.
En definitiva, que el Convento de San Marcos de Florencia seguramente es el mejor lugar para conocer la obra de Fra Angelico, y también su vida, ya que es un extraordinario ejemplo de un artista que sobre todo fue un monje. Su arte estaba estrechamente vinculado con sus creencias religiosas, pero esa vía de expresión además le sirvió para ser uno de los protagonistas de la evolución que iba a sufrir la Historia del Arte en la época del Renacimiento.