San Jerónimo en su estudio, Mesina
Si bien es cierto que en Italia surgió el ambiente idóneo para el desarrollo de la estética humanista y por ende del Renacimiento en sí mismo, al Norte de Europa ya un grupo de pintores que ha pasado a las historia con el poco afortunado nombre de Primitivos Flamencos, desarrollaron un estilo que permitió que en los años posteriores se llevasen a cabo grandes innovaciones pictóricas; así por ejemplo, fue en el Norte de Europa donde los pintores flamencos recobraron la técnica de la pintura al óleo que si bien ya se conocía desde hacía tiempo había caído en el olvido en pro del uso del temple.
Pues bien, la obra que aquí analizamos ha sido realizada por un pintor que supo aunar las innovaciones de la estética renacentista como por ejemplo el uso de la perspectiva así como la tradición, simbología y detallismo de los pintores flamencos, Antonio de Mesina.
Antonio de Mesina (1430-1473) cuyo verdadero nombre era Antonello di Giovanni d»Antonio nació en Sicilia en el seno de una familia modesta pero pronto decidió abandonar el taller de cinceladores que tenía su familia para dedicarse a la pintura. Durante sus primeros años dedicándose a la pintura el autor se forma con maestros locales a los que pronto supera en habilidad y pericia, ya en la década de los cincuenta se le sitúa en Milán trabajando para la familia Sforza y posteriormente trabajará para importantes clientes del Norte de Europa. Es precisamente en esta etapa cuando su estilo se parece más al de los Flamencos para, posteriormente, evolucionar hacia formas más clasicistas.
La obra que aquí analizamos lleva por título San Jerónimo en su estudio y data de la década de los setenta, concretamente del año 1474 o 1475. Se trata de una pieza de formato vertical que tan solo mide unos treinta y siete centímetros de anchura y cuarenta y seis de altura, fue realizada en óleo sobre lienzo y en la actualidad se exhibe en la National Gallery de Londres. En la pieza se puede observar a San Jerónimo, un doctor de la iglesia que tradujo la Biblia a la lengua latina. Aparece trabajando en su estudio y el artista lo ha representado como si se tratase de un obispo, un título que el Papa Dámaso I le concedió cuando ya había fallecido.
Pese a que el doctor supuestamente se encuentra en su estudio, la estancia se configura más como si se tratase el interior de una iglesia; en este sentido debemos destacar el gran uso que el artista hace de la perspectiva, desde la ventana que parece asomarse el espectador hasta las ventanas traseras que dan paso a una bella vista.
Mesina se ocupó de introducir en la tabla un buen número de elementos iconográficos que van desde el pavo real hasta el león, todos ellos aludiendo a las enseñanzas de la Biblia.