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Virgen y San Jerónimo de Correggio

Publicado por A. Cerra

Virgen y San Jerónimo de Correggio

Antonio Allegri, más conocido como Correggio, es uno de los pintores del Manierismo más interesantes y completos. Autor de muchas pinturas de carácter mitológico como su espectacular Júpiter e Io. Y también creador de magníficas obras de asunto religiosos, algunos en enormes frescos como su cúpula como la Asunción de la Virgen, y otros en soporte de tabla y con la técnica del óleo como su cuadro la Nochebuena o este de la Virgen y San Jerónimo del que os vamos a hablar a continuación.

Se trata de una obra que realizó en el año 1523 y que hoy en día es una de las grandes joyas que atesora la Galería Nacional de Parma, al norte de Italia.

Estamos ante una de sus grandes obras, una creación ya de madurez en la que se nos muestra como un pintor muy completo, capaz de innovar iconográficamente sobre escenas pintadas infinidad de veces. Por ejemplo, aquí vemos una Virgen con el Niño ubicada en un ambiente de lo más naturalista. Se han eliminado las arquitecturas clásicas grandilocuentes de autores más propios del Renacimiento, y simplemente coloca a la figuras en un bosque, pero aún así consigue el tono suntuoso gracias a un dosel rojo que en una disposición diagonal, que a modo de entoldado cobija a los personajes.

Y al mismo tiempo es capaz de trabajarse con delicadeza el paisaje que sirve de fondo a la escena. Un paisaje propio de la región de la Lombardía y que de alguna manera evoca a Leonardo da Vinci, uno de los grandes referentes en el arte de Correggio.

También se puede ver el conocimiento y admiración que sentía Correggio hacia el genial Leonardo en los rostros de los personajes, especialmente en el de la Virgen que llama la atención poderosamente, y no solo por su ubicación prácticamente en el centro geométrico de la tabla. Llama la atención por su belleza, y por la delicadeza, casi esfumada, que es un rasgo distintivo de este autor.

En realidad, hay otros muchos rasgos en la composición que se convierten en las notas definitorias del arte de Corregio, como el calor que se emana de la luz que baña toda la escena o la naturalidad con la que se disponen todas las figuras, siempre de gran naturalidad y elegancia si nos vamos fijando en los gestos con los que se comunican entre sí, sus miradas, la suavidad de sus vestimentas o la normalidad de su cabellos. En definitiva, un pintor de una calidad exquisita.