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Una forja de hierro de Joseph Wright of Derby

Publicado por A. Cerra

Una forja de hierro de Joseph Wright of Derby

La Primera Revolución Industrial comenzó a finales del siglo XVIII en Gran Bretaña, y desde el comienzo hubo artistas que acogieron aquel nuevo fenómeno social y económico como algo fascinante. Un momento que iba a significar progreso y esperanza para las gentes corrientes. Y de alguna forma se lanzaron a dramatizar esos episodios sociales. Uno de esos creadores fue el británico Joseph Wright de Derby (1734 – 1797).

De hecho Derby, la ciudad donde nació el artista pronto se convirtió en un relevante centro industrial. Así que no le hizo falta viajar mucho para encontrar la inspiración, y por ese motivo pasó casi toda su vida allí. Aunque eso no le impidió ser casi un experto en muchos de los avances tecnológicos de la época y además conocer a muchos fabricantes y científicos coetáneos como James Watt, Erasmus Darwin o Josiah Wedgwood. Unas relaciones y conocimientos que le apasionaban, además de que le permitieron representar muchos avances científicos y mecánicos con gran veracidad, como se puede ver en su obra Experimento con una máquina neumática.

Al mismo tiempo, también quiso transmitir en sus obras un tono heroico al trabajo, al concepto del trabajo. Y en esa línea hay que entender esta obra de La forja de hierro que hizo en el año 1772. En un ambiente nocturno, lo cual todavía le da más estética épica a la composición, vemos como un hombre coloca un gran lingote de hierro incandescente. Pero ya no va a ser golpeado por el tradicional herrero armado con un mazo. A ese hierro que ilumina todo el taller le va a dar forma un enorme martillo hidráulico, un artilugio de lo más moderno para la época.

En realidad, el momento elegido es una pausa en el lugar de trabajo, donde podemos ver a toda la familia del propietario en el interior de la fragua. Ese personaje luce un chaleco y se nos muestra en el centro con una pose orgullosa, simbolizando la prosperidad. El pintor de hecho parece haber representado a tres generaciones en ese lugar de faena, una antigua forja. Sentado en el lado izquierdo vemos al abuelo que está jugando con un nieto en su pierna y mientras parece admirar el progreso de esa maquinaria. En el centro, aparece el propietario recibiendo todo el baño de luz del hierro candente mirando hacia la derecha, donde están su esposa e hijas que también contemplan el proceso y se iluminan por una luz dorada. Y dándonos la espalda, en el centro, está el hombre inclinado que sujeta el hierro al que va a golpear el martillo hidráulico. Un personaje que quizás sea el hijo que heredará el negocio, o el obrero que trabaja duramente para el patrón.