Venus recreándose en el amor y la música, Tiziano
La figura de Tiziano Vecelli o simplemente Tiziano es una de las más reconocidas en el panorama artístico tradicional, sus pinturas se han convertido en el mejor exponente renacentista de la escuela veneciana.
Pese a los problemas que se han encontrado los historiadores del arte para establecer una fecha concreta de su nacimiento son muchos los datos que conocemos de la vida de este fantástico artista. Parece ser que Tiziano nació entre 1477 y 1490, procedente de una buena familia con tan sólo diez años se trasladó desde su Cadore natal hasta Venecia para comenzar, junto con su hermano mayor, su formación como artista en el taller de un mosaiquista. Pronto se trasladará al taller de Giovani Bellini de quien aprenderá un magistral uso de la composición y las formas tradicionales del arte. Posteriormente pasó al taller de Giorgione cuya influencia se hace notable en el uso de un fantástico colorido que pasa a predominar en sus lienzos por encima del dibujo.
Tiziano cosechó numerosos éxitos en vida, abrió su propio taller con un buen número de ayudantes para dar salida a sus numerosos encargos, así el artista adquirió un gran prestigio y trabajó para importantes comitentes no sólo de Italia, sino de toda Europa.
En esta ocasión el artista veneciano presenta una serie de pinturas con tema mitológico. Tiziano realizó un total de cinco lienzos con esta temática -todas las piezas fueron realizadas entre 1548 y 1570- y en ellas se representa a la diosa del amor, Venus, recostada plácidamente en un diván mientras acaricia a un amorcillo o un perro, depende de las versiones, y se recrea en la música que toca un organista o un tañedor de laúd. En todos lienzos la escena se desarrolla en un interior, sin embargo un gran ventanal permite observar el exterior que se configura como un jardín clasicista.
De los cinco lienzos realizados por el veneciano con esta temática dos se conservan en el Museo del Prado de Madrid, uno se encuentra en el Metropolitan de Londres, uno en el Fitzwilliams Museum y el último de ellos en el Museo de Berlín. En conjunto las piezas se pueden dividir en función del músico que acompaña a la diosa así, en tres de ellas aparece un organista y en las otras dos un joven músico con un laúd.
En la primera de las versiones la joven diosa adquiere una actitud relajada, ya se ha olvidado de la púdica actitud de su Venus de Urbino pintada en 1538. Su cuerpo tendido marca una gran diagonal que se acerca más a las formas manieristas que a las clasicistas. Parece ser que fue pintada por encargo de un noble veneciano, sin embargo sin saber muy bien cómo ocurrió a principios del siglo XVII ya pertenecía a la corona española y anteriormente al monarca ingles Carlos I. El mismo Tiziano regaló al monarca Carlos V una nueva versión del lienzo tras su estancia en Mühlberg por ello debemos pensar que este tipo de escenas que divagan entre lo mitológico y el erotismo fueron de lo más popular en su época.
Además de su habilidad para capturar la belleza y la sensualidad de la figura femenina, Tiziano también fue conocido por su habilidad para retratar la emoción y la personalidad de sus sujetos. Sus retratos son famosos por su realismo y por la habilidad de Tiziano para capturar la esencia de la persona que estaba pintando. Algunos de sus retratos más famosos incluyen a personajes como el Papa Paulo III, el emperador Carlos V y su hijo Felipe II.
Tiziano también fue un innovador en el uso de la luz y el color en sus pinturas. Su uso de la luz y el color para crear profundidad y atmósfera en sus pinturas fue revolucionario en su época y ha influido en generaciones de artistas posteriores.
El legado de Tiziano no se limita a sus pinturas. También fue un maestro en el uso de la técnica del óleo y desarrolló nuevas técnicas que permitieron una mayor flexibilidad y creatividad en la pintura. Su influencia se puede ver en la obra de muchos artistas posteriores, incluyendo a Rembrandt, Velázquez y Rubens.
En su vida personal, Tiziano fue un hombre de gran éxito y prestigio. Fue nombrado caballero por el emperador Carlos V y fue el pintor oficial de la corte de los Habsburgo durante muchos años. A pesar de su éxito, Tiziano siempre se mantuvo fiel a su estilo y nunca dejó de experimentar y evolucionar como artista. Su vida y su obra son un testimonio de su genio y su contribución a la historia del arte.