Venus y Adonis, Veronés
La obra de Venus y Adonis se trata de un cuadro de tema mitológico realizado por uno de los artistas más destacados de la escuela veneciana, Paolo Veronese más conocido como El Veronés. El artista cosechó una gran fama tanto dentro como fuera de Italia y sus grandísimos lienzos de tema religioso o mitológico ya fueron muy apreciados en su época.
Parece ser que la obra fue adquirida por el pintor sevillano Diego de Velázquez para el monarca español Felipe IV, en uno de los viajes que éste realizó a Italia para comprar lienzos para engrosar la colección real. Según las fuentes documentales el lienzo de Venus y Adonis fue adquirido junto con otra obra del Veronés, Céfalo y Procris que también narraba una fatídica historia de amor; las dos obras se conservaron en la colección real juntas hasta el siglo XIX cuando en la invasión francesa José Bonaparte se adueñó del lienzo de Céfalo que en la actualidad se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Estrasburgo.
Paolo Veronese (1528 – 1588) es una de las figuras más destacadas del Cinquecento de la escuela veneciana. Junto con Tiziano y Tintoretto forma la triada por excelencia de esta escuela donde se muestra un gran predominio de la luz y el color sobre el dibujo. Hijo de un picapedrero y nacido en Verona de dónde le viene su apodo, el Veronés se trasladó pronto a Venecia donde comenzó su formación de la mano de Antonio Badile. Desde Venecia realizó encargos para algunos de los mecenas más destacados de la época aunque también encontró algunos detractores en el Santo Oficio debido a la libertad con la que representaba los lienzos religiosos.
En esta ocasión nos encontramos ante un tema mitológico que el Veronés ha extraído del libro décimo de las Metamorfosis de Ovidio en el que se narra el amor entre Adonis y Venus. Venus cae profundamente enamorada del cazador Adonis debido a una flecha de Cupido, ella trata constantemente de protegerle de los peligros de la caza pero en un descuido Adonis se lanza tras un jabalí y es herido de muerte. El artista se ha centrado en esta ocasión no en la muerte del amado como suele ser costumbre, sino en unos instantes previos cuando aún los dos amantes disfrutan de un momento de tranquilidad.
Adonis aparece vestido galantemente con ropajes de la Venecia del Siglo XVI y situado en un potente escorzo entre las piernas de su amada, reposa medio dormido. La diosa en cambio aparece desnuda de cintura hacia arriba abanicando a Adonis mientras gira su rostro para atender al pequeño Cupido que sin demasiado éxito trata de sujetar uno de los perros de caza y muestra en su rostro la preocupación ante lo que va ocurrir.
La escena se desarrolla en un preciosista paisaje natural donde la luz es diáfana y el Veronés hace un magistral uso del color para componer la escena. Especial mención merece la calidad táctil de las telas que se contrapone con el cuerpo desnudo de la diosa.