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Venus, Adonis y Cupido de Anibale Carracci

Publicado por Laura Prieto Fernández

Venus, Adonis y Cupido es una de las obras más famosas del pintor del Renacimiento Anibale Carracci; la obra se ha tenido en gran estima desde mediados del siglo XX por representar como ninguna otra las diferentes que las distintas escuelas pictóricas ejercieron sobre el artista a lo largo de su carrera.

Anibale Carracci (1560 – 16009) es uno de los artistas más reconocidos de la pintura renacentista. Nacido en Bolonia lo más probable es que se formase en el taller familiar ya que procedía de una larga estirpe de artistas. Junto con su hermano y su primo propusieron una nueva concepción artística alejada del realismo y dramatismo que irradiaban los lienzos de Caravaggio para retomar el dibujo clásico del Quattrocento y conjugarlo con el colorido de los maestros venecianos.

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En este sentido Anibale Carracci viajó por toda Italia para estudiar las obras de los grandes maestros italianos y uy especialmente los lienzos de Tiziano. Fue precisamente en uno de estos viajes cuando Anibale conoció una obra similar a la que aquí nos ocupa y decidió hacer su propia versión bajo el título Venus, Adonis y Cupido. Parece ser que el lienzo propiedad de un aristócrata, Gian Francesco Serra di Cassano y tras su muerte fue vendido al virrey de España Gaspar de Bracamonte Guzmán por orden del monarca de España Felipe IV.

Se trata de un óleo sobre lienzo pintado a finales del siglo XVI, en torno a año 1590, de formato mediano y horizontal con unas medidas de dos metros y medio de ancho y dos metros de altura. La obra representa un tema mitológico, es un episodio de las Metamorfosis de Ovidio que fue muy popular durante la época entre grandes autores de la talla de Tiziano o el Veronés.

La obra representa el encuentro entre Venus, la diosa romana del amor, y el cazador Adonis. La diosa fue alcanzada accidentalmente por una de las lechas de oro de su hijo Cupido que provocan una pasión y enamoramiento irrefrenable. La diosa intenta seducir al cazador pero éste apenas le hace caso pues su único interés está en la caza. La historia termina de una forma trágica cuando Adonis es herido por un jabalí y pierde la vida. Venus para recordar a su amor hace crecer una flor tan bella como su amado pero de corta vida, el nenúfar.

En un primer plano Venus se gira desnuda hacia Adonis marcando una potente diagonal con su cuerpo mientras Cupido mira al espectador y señala la escena de amor. Adonis por su parte aparece representado junto a sus perros interrumpido por la diosa a la que apenas presenta atención. La escena se desarrolla en un paisaje natural que recuerda a las composiciones de Tiziano. La luz y el colorido remiten a la influencia de los grandes maestros venecianos sin embargo la cuidada composición y las formas clasicistas nos recuerdan a los genios del Renacimiento como Rafael o Miguel Ángel. De esta manera el artista Anibale Carracci ha logado sintetizar en una sola obra todas las tendencias de la pintura anterior.