Viernes Santo en Castilla de Regoyos
Ésta es una obra que ejemplifica bien a las claras el estilo y los intereses del pintor español Darío de Regoyos (Ribadesella, Asturias 1857 – Barcelona, 1913), un artista cuya trayectoria pictórica estuvo muy influenciado por las vanguardias europeas de su tiempo y al mismo tiempo se trata de un personaje profundamente español muy apegado a la tradición artística de su país. Por ello sus obras son una suma del Impresionismo, el Divisionismo e incluso el Expresionismo, y todo ello mezclado con un toque del tremendismo español propio de finales del siglo XIX.
Especialmente se nota este último punto durante sus comienzos como artista, cuando estuvo muy cercano a los literatos y artistas en general de la Generación del 98, escritores que por otra parte admiraban enormemente el arte de Regoyos. Sin embargo, también es cierto que pronto su arte se vio influido por los distintos viajes que hizo por Europa, lo cual le acercó sobre todo al Impresionismo por su búsqueda de los efectos de luz y al Divisionismo por su pincelada sumamente libre y corta, si bien nunca llegó a aplicar por completo la teoría del color puntillista.
Y por otro lado fue un pintor que nunca se alejó de la realidad en cuanto a las temáticas que protagonizaron sus obras. Y un buen ejemplo es este lienzo de 1904, en el que vemos un paisaje atravesado por dos acontecimientos importantes: una procesión de Semana Santa por abajo y una locomotora de ferrocarril por arriba.
Es decir, Darío de Regoyos quiere plantear con esta imagen la encrucijada en la que en aquellos años se encuentra España, un país que por un lado está totalmente apegado a sus tradiciones, muchas de ellas relacionadas con la importante presencia histórica de la religión en la sociedad hispana, mientras que por otro lado los españoles tratan de evolucionar y asumir elementos que llegan de fuera, de Europa, como el ferrocarril el cual representa la llegada de la tecnología.
Y es que Regoyos fue un personaje sumamente cosmopolita, lo cual chocaba con la cerrazón española. Además se le puede considerar un adelantado a su tiempo, tanto por su arte como por su pensamiento, lo cual evidentemente supuso que fuera rechazado en muchos círculos culturales y económicos, algo que personalmente no le preocupó excesivamente ya que tuvo la fortuna de proceder de una familia burguesa que le garantizaba una posición económica saneada. En definitiva, Darío de Regoyos fue un artista que principalmente abrió caminos a pintores españoles posteriores como Solana, Sorolla o Rusiñol.