Museo Etnográfico de Castilla y León, Zamora
El caso del museo etnográfico de Castilla y León, ubicado en Zamora e integrado dentro de la red de museos regional, es un poco distinto del de la mayoría de sus homónimos. Aunque el montaje se base en el mismo concepto que el tipo de museo de esta denominación, su resolución formal es muchísimo más avanzada. Y no sólo eso sino que, además, cuenta con algo que la mayor parte de estos centros no posee debido a su modestia: un programa de exposiciones temporales y un Instituto de investigación.
La exposición permanente se presenta a lo largo de cinco plantas en base a cuatro apartados o criterios diferentes, establecidos bajo los epígrafes de «El espacio y el entorno», «El tiempo y los ritos», «La forma y el diseño» y «El alma y el cuerpo», cada uno de ellos subdividido a su vez en secciones y todos destinados a complementarse para abarcar todas las áreas de la vida.
Hay que destacar el diseño museográfico llevado a cabo en el museo: atractivo, coherente, ordenado…, junto con un programa de conservación y didáctica de las piezas adecuado, las cuales, por otra parte, hay que señalar que no son nada desdeñables (buena parte de las mismas proviene de la gran colección cedida por Caja España al museo, siendo una de las entidades promotoras del mismo por medio de su Obra Social).
Junto a las exposiciones temporales que dispone cada temporada como complemento al conocimiento expuesto, el museo gestiona y ofrece diversas actividades alternativas, tales como cursos destinados al profesorado, una semana de la ciencia, conciertos, conferencias, recitales, talleres y un largo etcétera, suponiendo toda una novedad semejante prolificidad en un museo de estas características, los cuales, usualmente, por bien concebidos que estén, no disponen de los medios necesarios para llevar a cabo semejante despliegue.
