Visitantes nobles en casa de unos campesinos de Brueghel el Viejo
De entre la esplendorosa pintura flamenca del siglo XVI, a Pieter Brueghel el Viejo se le considera el mejor artista. Un pintor capaz de crear un estilo y también toda una dinastía de artistas que continuaría trabajando durante dos siglos.
Su estilo inicialmente se basa en la rica tradición del arte flamenco del siglo XV, y con una especial influencia del más personal de aquellos artistas como fue El Bosco. Pero pronto adoptó otra influencia clave en su trayectoria: la del arte italiano, país al que viajó y le deslumbró.
Lo cierto es que Brueghel (originalmente Bruegel) pintó todo tipo de temáticas, desde el arte religioso a la pintura de paisaje, pasando por escenas de corte moral. Pero donde realmente despuntó es en la pintura ambientada en temas campesinos. Un colectivo al que generalmente retrata más en actitud festiva que trabajando. Y buen ejemplo de ello es su obra Juegos de niños o la famosa Boda aldeana que posee el Kunsthistorisches Museum de Viena.
Pues bien, en ese mismo museo de la capital austriaca está esta otra obra de Visitantes nobles en casa de unos campesinos. Un cuadro que realizó en 1560.
Como en otras muchas de sus obras de carácter costumbrista nos representa un ambiente de trabajo, aunque relativamente bucólico. Y como siempre con diferentes notas cómicas, como puede ser el perro que al fondo espera que su dueño le dé algo de comer. Unos elementos que plasman la enorme capacidad de observación del artista, así como su intención de revelarnos la gran importancia que tienen los placeres más simples. Pese a que no hay que olvidar que son cuadros sobre campesinos pintados por alguien que no pertenecía a ese grupo social y que estaban destinados a vendérselos a burgueses y nobles, por lo que también hay cierta condescendencia en este tipo de escenas.
De ello es un buen ejemplo esta obra en la que funde a las dos clases sociales, los nobles y los labriegos. El contraste entre unos personajes y otros está más que claro, sobre todo por los ropajes y la actitud. Los nobles observan calmadamente, mientras los campesinos están viviendo en un ambiente relativamente caótico. Unos trabajan, otro come, una mujer en primer plano da el pecho a su bebé y lo calienta al fuego… Ese contraste queda claro con otra pareja del primer plano, en el que un niño con un simple camisón blanco espera que la dama elegantemente vestida saque una moneda de su bolsito.
El conjunto nos puede transmitir varias ideas. Una que los campesinos aunque deben trabajar no les falta de nada. Otra que su vida es muy animada, incluso en su vestir, si comparamos los tonos de las ropas entre ricos y pobres. Y por último, respecto a los nobles ¿son generosos con los campesinos o su vida ociosa es realmente triste? ¿O se quedan asombrados de cómo es posible vivir así, sin orden alguno y trabajando de forma continua? Las interpretaciones son varias.