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La arquitectura del Palacio del Louvre

Publicado por Laura Prieto Fernández

En la actualidad Palacio del Louvre es uno de los museos más visitados de todo el mundo, a través de sus más de catorce kilómetros de galería los visitantes pueden encontrar la que quizás sea una de las mejores colecciones de arte, sin embargo la historia del propio Palacio no resulta tan conocida para el gran público. El edificio es un complejo palacio que ha evolucionado a lo largo de la historia de Paris desde sus orígenes como fortaleza medieval hasta un sinfín de galería y pasillos que hoy conforman el famoso museo.

Lo orígenes del palacio se remontan a la época medieval cuando el monarca Felipe II de Francia levantó una gran fortaleza, cuyos restos aún son visibles las galerías inferiores del museo, en la margen derecha del río Sena. En el París medieval la fortaleza se encontraba situada en uno de los extremos de la ciudad con el fin de evitar posibles ataques. Se trataba de un recinto amurallado rodeado de un gran foso y con bastiones circulares en cada una de las cuatro esquinas. Esta pequeña fortaleza Louvre tan sólo contaba en sus inicios con una gran torre en el centro del recinto que hacía las veces de arsenal, prisión y torre del homenaje.

A mediados del siglo XIII el monarca francés Luis IX transformó la fortaleza en la sede del tesoro real e incorporó algunas estancias que sirviesen como residencia real. Años más tarde Carlos V decidió reformar el conjunto y convertirlo en residencia real sin embargo apenas quedan unos pocos restos de esta primitiva residencia ya que fue bombardeada durante la Guerra de los Cien Años y posteriormente en el siglo XVI mandada derruir por Francisco I para levantar una nueva residencia de acorde con la estética renacentista.

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En 1546 el arquitecto francés Pierre Lescot (1510 – 1578) fue el encargado de plantear un nuevo edificio bajo la estética imperante en Italia. De esta manera proyectó un palacio urbano que seguía los esquemas de la antigua fortaleza: planta cuadrangular con el ala norte reservada para la residencia real, entrada desde la zona este y la sustitución de las grandes torres por pabellones cuadrangulares. Sin embargo la muerte del monarca paralizó el proyecto hasta que en 1564 la reina Catalina de Médicis se encargó personalmente de dirigir el proyecto del palacio y diseñó y gran palacio, el Palacio de las Tullerías junto al Louvre. Las obras fueron realizadas por los arquitectos Philibert de l´Orme y posteriormente por Jean Bullant.

A finales del siglo XVI y principios del XVII Enrique IV planteó lo que posteriormente sería conocido como El Gran Proyecto, que consistía en la eliminación de los pocos restos medievales que quedaban de la antigua fortaleza y la unificación de los Palacios del Louvre y de las Tullerías a través de la Gran Galería. También fue Enrique IV quien continuó con la labor de mecenas que ya había sido empezada por Francisco I y que supone el inicio de la colección del actual museo parisino.