Castillo de Bamburgh
El Castillo de Bamburgh en el condado de Northumberland plasma gran parte de la historia medieval de Inglaterra. Sus orígenes se han de remontar al siglo V cuando esta zona era el territorio de los britones, aunque en los siglos siguientes por aquí pasaron anglosajones y vikingos, con todos los enfrentamientos y daños que eso supuso para la construcción. Hasta que por fin los normandos a finales del siglo X construyeron el germen de la gran fortaleza que se ve en la actualidad.
Y posteriormente pasó a ser propiedad de la monarquía inglesa, que durante mucho tiempo lo uso como puesto avanzado frente a las cercanas tierras escocesas del norte.
Lo cierto es que el emplazamiento para un puesto fronterizo no puede ser más llamativo, al ubicarse sobre un promontorio de duro basalto frente al mar y rodeado de dunas de arena. Es decir que desde aquí se dispone de un dominio visual del entorno, algo vital desde el punto de vista militar.
Además posee una consistencia indudable, con unos gruesos muros que alcanzan hasta los cuatro metros de espesor de dura piedra y relleno. Aún así los asedios y guerras como la de las Dos Rosas hicieron mella en la construcción. A lo que hay que sumar el momento en el que fue abandonado. No obstante, fue adquirido por un potentado que lo recuperó y le concedió el aspecto que podemos ver en la actualidad.
De hecho, hoy en día se trata de una suma de espacios de diversas épocas, ya que entre sus muros hay un hermoso palacio victoriano, con dependencias tan espectaculares como su gran salón. Además de que hay una biblioteca histórica o torres de distintos momentos como la Torre del Reloj o Torre Neville. Sin olvidar las estancias de establos, cocinas, el pozo de agua que se hunde a casi 50 metros de profundidad, puertas impresionantes como de San Oswald que se orienta hacia la playa. Incluso se guarda un molino del siglo XVIII.
Lo que no se ve, es la antigua basílica que se construyó en su patio interno. No obstante, es un buen lugar para los arqueólogos, ya que en diferentes campañas de trabajo han logrado encontrar los restos de hasta siete edificaciones distintas en ese mismo patio.
Y todo es visitable, ya que está transformado en museo. De manera que el Castillo de Bamburgh no solo es impresionante por su tamaño (uno de los más grande de Reino Unido) y un trocito del Medievo británico, sino que es un compendio de la arquitectura inglesa desde el siglo XI hasta el XIX, cuando lo reconstruyó la misma familia Armstrong que hoy siguen siendo los propietarios.