Castillo de Chambord
Esta es una de las construcciones que forma parte de la famosa ruta de los Castillos del Loira. Un itinerario cultural por el centro de Francia, concretamente entre las ciudades de Angers y Orleans, protagonizado por medio centenar de mansiones y palacios, ya que la palabra francesa “château” se usa tanto para los castillos con funciones preferentemente defensivas como para los palacios más residenciales.
En definitiva, a lo largo del curso del río Loira se pueden encontrar excelentes ejemplos de este tipo de construcciones como el conjunto de castillo y jardines de Villandry, el Castillo Real de Amboise o el que tal vez sea el más espectacular de todos: el Castillo de Chenonceau, también conocido como el Castillo de las Damas.
No obstante, no le anda muy a la zaga el Castillo de Chambord que aquí presentamos. Además es el más grande de todos. Y eso que se hizo construir como sencillo pabellón de caza. Eso sí, cuenta con 440 habitaciones, casi cuatro centenares de chimeneas para calentar la edificación, y cerca de cien pasos con escaleras para poder recorrerlo íntegramente.
Esta fastuosa obra la hizo construir en el siglo XVI el rey francés Francisco I, famoso por su espíritu inquieto, su afán de cultura, y su gusto por las artes. De hecho, él facilitó que acudiera hasta esta zona Leonardo da Vinci, quién pasó aquí sus últimos años de vida, o también Francisco I encargó varias y delicadas obras a uno de los escultores y orfebres italianos más cotizado de la época: Benvenuto Cellini.
El proyecto de este Castillo de Chambord también recayó en otro creador italiano, Domencio da Cortona, quien trabajó aquí durante veinte años, entre 1519 y 1539. No es extraño que la obra se dilatara tanto, ya que es enorme, y se considera que es el pabellón de caza de mayor tamaño del mundo.
Pero no solo es grande, también es muy ingenioso, ya que tanto el rey como el arquitecto dieron aquí rienda suelta a su imaginación y crearon algunos de los espacios más impresionantes de la arquitectura del Renacimiento, como son las espectaculares escaleras helicoidales que regulan el tráfico de personas por el edificio.
Hay que pensar que el castillo es un enorme rectángulo, donde se dispone varios torreones. Entre estos destaca el más amplio de todos, y que se encuentra en el centro del conjunto. Ahí se disponen las habitaciones, articuladas por vestíbulos repartidos en cada una de sus plantas. Entre esos vestíbulos se encuentran ese tipo de escaleras dobles.
En conjunto, el Castillo de Chambord, aunque tiene elementos propios de la tradición francesa, también tiene mucho de inspiración italiana, especialmente en sus fachadas y molduras.