Castillo de Bodiam
Este Castillo de Bodiam en el condado de Sussex, al sur de Inglaterra, por su perfecta simetría y su apariencia imponente, parece un auténtico decorado. Y quizás se construyó ya en el siglo XIV con esa intención. El caso es que se supone que el rey Ricardo II le mandaría construir a uno de sus caballeros esta fortaleza durante la Guerra de los Cien Años. De esta manera había de ser un bastión defensivo en el caso de que los franceses llegaran a cruzar el Canal de la Mancha e invadieran Inglaterra.
Pero en realidad, pese a su destacada presencia de inexpugnabilidad, si analizamos el escaso grosor de sus murallas, se puede deducir que en el caso de un ataque hubieran sido inefectivas. Y más aún en un momento histórico en el que se empleaba a usar el lanzamiento de proyectiles para la toma de castillos, y no tanto las flechas y las lanzas.
En este mismo sentido también se puede añadir, que años más tarde, durante la Guerra de las Dos Rosas, el castillo fue tomado sin casi resistencia por las tropas de la Casa de York, ya que sus propietarios se habían puesto tradicionalmente del lado de la Casa Lancaster. Es decir, optaron por la opción perdedora en la lucha por el trono inglés.
Pese a todo lo dicho, es innegable que este Castillo de Bodiam es casi un perfecto prototipo de una fortaleza medieval. Estamos ante una edificación completamente rodeada por un foso, el cual se alimenta por dos manantiales naturales. Y dentro se dispone el castillo de planta ligeramente rectangular, con los lados norte y sur un poco más largos.
Las torres son abundantes y de dos tipos. De planta circular en las esquinas, y de ángulos rectos para proteger el centro de los muros, Y en el caso del lado donde estaba la entrada, esta torre es doble. Además en todas ellas aparecen matacanes, que fue un elemento defensivo que los ingleses habían tomado de la arquitectura defensiva francesa a la que tanto habían atacado.
Pero como decíamos esta construcción no tiene el mismo carácter militar que otras fortalezas, y eso se ve también claramente en sus espacios habitables, bastante amplios y cuidados. Unas estancias residenciales que sobre todo se disponen en las torres esquineras y donde no falta una capilla.
En definitiva, que este castillo es un magnífico ejemplo la arquitectura de fortalezas inglesas, y plasma una tipología perfecta, de la que realmente no quedan tantas muestras, ya que otros castillos contemporáneos tienen variaciones respecto a este. Por ejemplo, el Castillo de Warkworth también es de planta cuadrada, pero su patio interno es excesivamente diminuto. O el Castillo de Queensborough es de planta circular. Mientras que el Castillo de Herstmonceaux, en la misma región de Sussex, también es de planta cuadrada pero está levantado en ladrillo, un material bastante habitual en este tipo de edificaciones británicas.