Colegio de Propaganda Fide de Borromini
Este colegio lo fundó en 1622 el Papa Gregorio XV para los misioneros. Años después, concretamente en 1646 se reforma y se le concede el inicio de obras al arquitecto Francesco Borromini, debido a que habían aumentado los solares para el crecimiento del colegio. Sin embargo, hasta el año 1662, Borromini no acabaría su fachada.
Porque la fachada que da a la calle Propaganda Fide y la capilla interior son las obras más destacadas que hizo aquí el gran arquitecto barroco, autor de relevantes obras de arquitectura religiosa en Roma, donde se encuentra este Colegio de Propaganda Fide u otras creaciones suyas de enorme valor artístico e histórico como la iglesia de San Carlino o San Ivo de la Sapienza.
La fachada integra en sí misma todas las características de la arquitectura barroca de Borromini, su combinación de elementos clásicos, renovando la composición de los mismos con el objetivo de crear fachadas dinámicas, curvas, que semejen que están en movimiento.
En los órdenes arquitectónicos que emplea ha buscado la sencillez, usando una variación del orden toscano en los elementos menores, y el corintio más simple para las enormes pilastras de orden gigante que se desarrollan en dos pisos para enmarcar de un forma prominente la entrada al interior.
La fachada se mueve entre los lados rectos laterales y hay que entenderla en escorzo respecto a la disposición interior de la iglesia del colegio. No obstante, la actual fachada no sigue todo el diseño de Borromini, ya que el ático se realizó en el siglo XVIII.
Toda la atención en la fachada recae en lo que es el piano nobile, donde aparecen vanos de forma cóncava, con columnas y entablamento, del que parten, sin separación, unos roleos que sostienen un tímpano quebrado que contiene un óculo, que a su vez en su interior tiene una palma.
En otras ventanas de la fachada aparecen pilastras y columnas achaflanadas con un entablamento fusionado con un arco peraltado que también aloja ese óculo y la palma.
De este modo su arte aquí se ha centrado en unas formas básicas que va combinando, pero con el objetivo de lograr un mayor unidad entre tanta diversidad de elementos. Y pretende dar una idea de peso, de densidad constructiva, de monumentalidad, algo que se va acrecentado cada vez más en sus últimas obras.
Esta iglesia, las mencionadas más arriba u otras que construyó en Roma son sumamente importantes para comprender la evolución de la arquitectura barroca que se desarrolla hasta el siglo XVIII, siendo un creador clave para entender otros arquitectos posteriores como Guarini, Vittone o Juvarra que desarrollaron su trabajo en distintas ciudades de Italia.