Convento San Esteban, Juan de Álava
El convento de los dominicos de San Esteban en la ciudad de Salamanca se ha considerado como una de las mejores muestras de arte plateresco que se ha conservado hasta nuestros días sin embargo, tanto en su construcción como decoración, se puede observar la evolución artística desde las formas del gótico tardío hasta el barroquismo del estilo churrigueresco.
El actual convento se levantó en 1524 como sede de los padres dominicos en la ciudad salmantina, este convento vendría a sustituir a una construcción anterior que dataría del siglo XIII cuando la comunidad religiosa legó a la ciudad. Fue encargado por Fray Juan Álvarez de Toledo, fraile de la comunidad dominica que llegó a ocupar importantes cargos. La construcción corrió a cargo de Juan de Álava (1480 – 1537) arquitecto formado con Juan Gil de Hontañón que se convirtió en uno de los principales artistas del estilo plateresco.
Álava planteó una iglesia de una sola nave con crucero marcado en planta, grandes contrafuertes que dividen el espacio de la nave en capillas laterales, testero plano y coro situado a los pies; la dilatación en las obras del templo hizo que el arquitecto sólo pudiera realizar la zona de la nave hasta el crucero. Posteriormente fue sucedido por Fray Martín de Santiago – que también se ocupará del claustro- y culminando las obras en 1610 Rodrigo Gil de Hontañón.
El claustro de los Reyes es un espacio cuadrado divido en dos pisos donde hay una perfecta conjunción de elementos góticos y renacentistas. En el piso inferior se aprecian arcos de medio punto divididos por maineles, la cubrición de este piso se realiza en bóveda crucería mientras la planta superior es adintelada. Las arcadas de la segunda planta se realizan con arcos de medio punto apoyados en pilares.
Dentro del conjunto de San Esteban se debe destacar la Escalera de Soto creada por Rodrigo Gil de Hontañón entre 1553 y 1556. Fue un encargo de Fray Domingo de Soto y su construcción sentará las bases para una nueva tipología arquitectónica; Hontañón diseñó una escalera voladiza en la que el tramo inferior sostiene a los otros dos, los muros ejercen de contrarresto en las fuerzas de cada uno de los tramos logrando así una sensación de ligereza y diafanidad nunca vista hasta ahora.
Pero si por algo es conocido el Convento dominico es por su innovadora fachada de tipo retablo. Ésta se resguarda en un profundo arco de medio punto casetonado y sostenido por grandes contrafuertes laterales; dividida en tres cuerpos diferentes el central alberga el martirio de San Esteban mientras que en la zona superior aparece el calvario. El conjunto aparece decorado con múltiples grutescos a candelieri que crean una sensación de horrar vacui en todo el conjunto.
El Convento de San Esteban fue declarado monumento en 1890 y en su interior alberga pinturas de Rubens y espacios de gran interés como la sacristía realizada por Juan Moreno y Alonso Sardiña, el Capitulo Nuevo y el Antiguo así como un preciosista retablo barroco realizado por José Churriguera.