Arte

Dancing House, Frank O. Gehry

Publicado por Laura Prieto Fernández

Pese a ser una construcción moderna la conocida como Casa Danzante de Praga se ha convertido en muy poco tiempo en uno de los iconos de la ciudad checa. La Dancing House representa la renovación de la ciudad checa en la década de los noventa; la idea de este proyecto era aunar la tradición con la vanguardia más modernista que reflejara el renacimiento de la nueva sociedad.

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Un proyecto de semejante envergadura necesitaba a alguno de los mejores arquitectos de la época, el encargo recayó en una de las figuras más destacadas del panorama arquitectónico actual, Frank Owen Gehry (Canadá, 1926). Gehry ha realizado alguna de las más destacadas arquitecturas contemporáneas, ganador del premio Pritzker sus obras se conciben no sólo como simples arquitecturas sino como verdaderas obras de arte. En esta ocasión el afamado arquitecto canadiense pudo trabajar con uno de los mejores arquitectos del panorama artístico checo, Vlado Milunic´.

El proyecto no supuso demasiadas pegas, con una parcela de espacio casi ilimitado y un presupuesto más que amplio la Dancing House se encuentra en el distrito número 2 de la ciudad de Praga. En una plaza que se extiende por la orilla de rio Moldava y en cuyo interior se encuentran importantes edificaciones que datan desde el siglo XVII al XIX. La construcción se comenzó en 1994 y se dilató durante dos años más, una datación asombrosamente corta para la complicada construcción de formas curvas e inestables.

En una parcela de unos 5400 metros cuadrados se levanta la famosa casa y haciendo chaflán encontramos dos cuerpos circulares y torsionados: el primero de ellos se apoya en un buen número de pilares curvados y la torre se estrecha y gira sobre su compañera hacia la mitad de su altura. La segunda torre se mantiene vertical sustentando el peso de su compañera pero las molduras que recorren su superficie le otorgan movimiento e inestabilidad. El resto del edificio mantiene la sinuosidad en las paredes pero su estructura ya no es tan curva.

La perspectiva y la sinuosidad siempre son una constante en la obra del arquitecto canadiense – El Museo Guggenheim de Bilbao, La Sala de Conciertos Walt Disney de Los Ángeles…- pero en este edificio la torsión de las formas alcanza una nueva realidad de manera que el espectador debe caminar en torno al edificio para descubrir sus múltiples puntos de vista.

Este edificio de estilo deconstructivista fue realizado en acero, hormigón con revoque y cristal, de modo que su superficie reflectante otorga aún mayor dinamismo a la composición. En su interior se encuentran las Oficinas Nacionales Holandesas además de albergar un restaurante en el ático y negocios en la zona inferior.

En un primer momento Frank Gehry pretendió que el edificio se llamara Fred y Ginger en alusión a la famosa pareja de musicales Fred Astaire y Ginger Rogers –al igual que ellos el edificio se asemejaba a una perfecta pareja de baile en el que él sostiene delicadamente el cuerpo de ella- pero el nombre no terminó de cuajar y se decidió que lo mejor sería denominarla como Dancing House.