Sinagoga Beth Sholom de Frank Lloyd Wright
El arquitecto Frank Lloyd Wright realizó a lo largo de su vida todo tipo de edificios. Desde su modernísimo Museo Solomon Guggenheim en Nueva York hasta sus singulares viviendas particulares como la célebre Casa de la Cascada, pasando por edificios industriales como su icónica Fábrica Johnson Wax. Y desde luego que también hizo alguna que otra construcción de carácter religioso, como todos los grandes arquitectos de la historia.
En el caso de Frank Lloyd Wright, aunque había diseñado también iglesias, su principal construcción religiosa va a ser una sinagoga, el templo hebreo de Beth Sholom (que se puede traducir como Casa de Paz) ubicado en Elkins Park, en Pennsylvania, Estados Unidos. Una obra que concibió entre 1954 y 1959.
Lo cierto es que Lloyd Wright trabajó para todo tipo de clientes. Pero él mismo reconoció que en esta sinagoga fue el único caso, en el que el cliente, o sea el rabino Mortimer J. Cohen, llegó a trabajar al mismo nivel creativo que el arquitecto. De ahí la enorme carga de mensaje que tienen las formas y detalles del edificio, porque no hay que olvidar que Lloyd Wright no era judío.
De alguna forma, tal y como quería Mortimer, el arquitecto había de aportar el espíritu norteamericano, mientras que el rabino aportaría la espiritualidad original judía. Entre ambos conciben una sinagoga que es un recipiente de luz, tanto en su interior como en su capacidad para irradiarla al exterior.
La luz es un elemento de gran importancia, durante el día para que entre por sus paredes de fibra de vidrio y plástico traslúcido. Unos materiales que logran que la luz artificial salga del edificio por la noche.
Todo él se basa en las formas del triángulo, la pirámide y el hexágono, haciendo referencias no literales por ejemplo a la estrella de David de seis puntas, o evocando una sinagoga emblemática para los judíos. La de Gwozdziec en Polonia, de madera y forma piramidal, pero que había desaparecido durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, el propio rabí Mortimer le enseñó al arquitecto fotos de ese templo, al igual que le mencionó que había que evocar el Monte Sinaí.
Lloyd Wright se empapó de todo eso, y hay un sinfín de detalles de gran simbolismo, desde las menorahs o candelabros de nueve brazos en la parte alta del templo, o la lámpara de plexiglás de colores en el centro de la sala de oraciones donde cada color se relaciona con el antiguo misticismo judío.
En definitiva, que una vez más uno de los mayores arquitectos del siglo XX fue tremendamente innovador e influyente, ya que muchas de las ideas de la Sinagoga Beth Sholom han inspirados a otros templos posteriores.