La Casa de la Cascada
Casa de la Cascada o Casa Kaufmann (1936-39) es uno de los edificios más representativos del arquitecto estadounidense Frank Lloyd Wright(1869-1959).
Wright diseñó esta construcción como casa de campo para la familia de Edgar Kaufmann, el acaudalado dueño de unos grandes almacenes estadounidenses.La casa se sitúa en una gran parcela arbolada de Pensilvania (EEUU) a través de la cual, discurre el río Bear Run, concretamente una pequeña cascada de ese río sería el emplazamiento escogido por Wright para situar la vivienda.
La construcción se realizó bajo los principios de la arquitectura orgánica, de la que Wright se ha confirmado como uno de los máximos exponentes. Se busca la integración de la edificación en el espacio que la rodea y con el medio natural: la mampostería que cubre parte de la fachada ha sido extraída del mismo bosque que rodea la edificación, el agua es un elemento clave en todo el conjunto, tanto en el interior como en su exterior, ya que ésta siempre se puede oír, los paramentos exteriores que no se cubren con mampostería, se pintan de un tono beige que armoniza con los tonos del bosque…
El arquitecto plantea la construcción como algo cambiante, que tiene vida propia y puede crecer o modificarse por ello, la planta de cada una de las alturas (tres) de la casa, se concibe de manera independiente y libre aunque a la vez, es capaz de formar parte de un todo armonioso.
En todos estos planteamientos resulta fundamental la influencia que tiene para Wright la arquitectura japonesa la cual conoce, por primera vez, en la Feria Internacional de Colombia de 1873 y que marcará profundamente toda su carrera.
El contraste entre líneas verticales y horizontales se hace patente en el exterior de la casa. Las horizontales se marcan a través de las terrazas de hormigón armado, mientras que las verticales se configuran a través del espacio de la chimenea, el punto más alto en toda la casa, y los vanos que, sin prejuicio alguno, se abren desde el primer hasta el segundo piso dejando a la vista las vigas estructurales.
Los pisos se van retranqueando a medida que ascendemos en altura y, a su vez, todos se retranquean respecto al noreste, lugar donde se sitúa la chimenea. Esta innovadora disposición otorga al conjunto dinamismo, inestabilidad y dramatismo.
En cuanto a materiales Wright establece una unión entre los materiales más clásicos como la madera o la piedra y otros modernos como el hierro, aluminio u hormigón, imprescindibles para el desarrollo en voladizo de las terrazas.
Los espacios se generan bajo los principios de una arquitectura centrífuga, desde el interior hacia el exterior, pero sin olvidar la funcionalidad y acogimiento que debe regir en cualquier hogar.
El centro orgánico de la casa es la chimenea, a partir de ella surgen las demás estancias. En la planta baja se desarrolla la cocina, el salón y la terraza voladiza sobre la cascada, que tiene acceso a ella a través de unas escaleras; en la segunda planta tres pequeños dormitorios y una terraza que forma un ángulo de noventa grados con respecto a la anterior; en la tercera y última planta, se encuentra un espacio reservado para el estudio del hijo de Kaufmann y su habitación.
Wright se encargó personalmente de todos los detalles, tanto interiores como exteriores, cuidando incluso los aspectos más ínfimos. Es quizás, ese detallismo y dedicación en la construcción, lo que convertido a Wright en uno de los más grandes arquitectos de la historia y a esta casa en concreto en su obra más representativa.
Hoy la casa Kaufmann, ha sido convertida en museo y es uno de los espacios culturales más visitados de Pensilvania.