Edificio Fundación Miró, Sert
El edificio de la Fundación Miró fue proyectado en la década de los sesenta por el propio Joan Miró para albergar su producción artística. El artista decidió que su amigo el arquitecto Josep Lluis Sert (1902 – 1983) se encargara del diseño y construcción de esta importantísima edificación.
Sert fue uno de los más reconocidos arquitectos catalanes de principios del siglo XX. Desde muy joven el arquitecto conoció las arquitecturas modernistas de Gaudí y estuvo iniciado en el mundo del arte gracias al hermano de su padre el artista Josep Maria Sert. La obra de este arquitecto muestra claros rasgos funcionalistas, influido por las obras e ideas de Le Corbusier. Josep Sert participó activamente y fue cofundador del Grupo de Artistas y Técnicos Españoles para el Progreso de la Arquitectura Contemporánea o GATEPAC. Conoció a Miró y juntos entablaron una profunda amistad personal y profesional que duraría años.
Durante el gobierno franquista Sert se exilió a Estados Unidos donde realizó un buen número de importantes proyectos arquitectónicos y urbanísticos además de colaborar y trabajar en prestigiosas universidades como Yale o Harvard. A lo largo de toda su vida la obra de Sert maduró respetando siempre la esencia racionalista y los ecos de luminosidad propios de la arquitectura mediterránea.
El propio ayuntamiento de Barcelona cedió a Joan Miró y Lluis Sert los terrenos en el Parc Montjuïc para crear un espacio que albergara su obra y crear su fundación. El arquitecto catalán planteó un espacio racionalista que distribuía en torno a un patio central las distintas estancias del museo; el patio recuerda a las masías catalanas y en torno a éste se organizan estancias a distintas alturas que se conectan a través de rampas. La zona superior se organiza como una gran torre octogonal –otro de los elementos típicos de la arquitectura catalana- donde se desarrollan importantes estudios de arte contemporáneo.
Los espacios son amplios, de altos techos y muy diáfanos gracias a múltiples lucernarios que se convertirán en el sello de identidad de este artista. En el proyecto se vuelve fundamental la circulación de los espectadores por el espacio; el recorrido es fluido y guiado por los propios espacios, atravesando tanto interiores como patio y estancias exteriores que también se convierten en lugares de exposición.
El edificio está realizado en hormigón armado de color blanco con incrustaciones de cerámica roja que remiten a la arquitectura popular catalana. En las formas abstractas de las fachadas se establece una vinculación con la urbe, se pretende que edificio y ciudad se fundan en un solo espacio.
El edificio de la Fundación Joan Miró se puede poner en relación con otra obra de Sert, la Fundación Maeght realizado en 1964 y financiada por los marchantes de arte contemporáneo Marguerite y Aimé Maeght. El arquitecto recogió en el edificio catalán los consejos de Maeght, la experiencia de su obra anterior y las exigencias del artista vanguardista fusionando todo ello y creando uno de los iconos arquitectónicos más destacados de los últimos años.
La obra se inauguró en 1975 y en la década de los ochenta hubo de ser ampliado por Jaume Freixa bajo las directrices marcadas por el propio Sert.