Golden Bridge en Vietnam
Ya hemos hablado en otras ocasiones del factor espectáculo, de revulsivo económico y de promoción turística que puede tener en nuestros días la arquitectura contemporánea. Los ejemplos de ellos son cuantiosos a lo largo y ancho del planeta. Desde la construcción de Frank Ghery para el Museo Guggenheim de Bilbao hasta el Pabellón del Espejo de Marsella de Norman Foster, pasando por el Dubái Frame en los ricos y ostentosos Emiratos Árabes.
Pues bien, ahora os traemos otra obra inspirada en esos mismos conceptos. Es el Golden Bridge abierto este mismo año en Vietnam. Concretamente se encuentra en el centro de este país del Sudeste Asiático, en las montañas vecinas a la ciudad portuaria de Da Nang.
Se trata de un llamativo puente de color dorado, si bien su principal cualidad es que sus pilares son la representación de dos gigantescas manos. Dos manos que parecen surgir de las entrañas de la tierra y que llevan las palmas abiertas como sujetando y ofreciéndonos el puente, que además de por su color dorado, también llama la atención por la decoración de flores (una variedad muy concreta de crisantemos violetas) que se ha dispuesto en todo su recorrido sobre la balaustrada.
De esta manera, la ingeniería se ha convertido en arte y ha pretendido integrarse lo más agradablemente posible en ese paisaje, compuesto por la vegetación espontánea de las colinas de Ba Na y por la vegetación ajardinada del vecino Thien Thai Garden.
Las dimensiones del Golden Bridge vietnamita no son excesivamente remarcables, ya que este puente solo mide unos 150 metros de longitud. Y es que en este proyecto ha primado sobre todo la estética, para crear un elemento que atraiga a visitantes, porque no hay que olvidar que Vietnam en los últimos tiempos se está convirtiendo en un foco turístico de primer orden en esas latitudes de Asia. Y desde luego hay que decir que el objetivo hasta el momento se ha cumplido, e incluso está superando las mejores expectativas.
Todo el conjunto, diseñado por la firma TA Landscape Architecture, es de una destacada armoniosidad con el entorno. La llamativa balaustrada dorada coronada por flores moradas, el tablero de madera sobre el que transitan las personas, y el aspecto avejentado de esas enormes manos. Todo ello le da cierto toque de antiguo. Es como si dijera, ven hasta aquí, camina sobre el puente y disfruta de unas vistas panorámicas impresionantes, que aunque no lo supieras siempre han estado aquí.