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Krak de Chevaliers 2

Publicado por A. Cerra
Krak de Chevaliers

Krak de Chevaliers

En un post anterior ya se ha avanzado a grandes rasgos la historia y formas del Krak de Chevaliers, una construcción medieval cristiana conservada en territorio de la actual Siria. Ahora vamos a describir su estructura arquitectónica propiamente dicha.

Hay multitud de detalles en esta construcción que la convierten en un magnífico ejemplo para comprender las técnicas constructivas de la Edad Media y también intuir cual era el armamento y las tácticas guerreras de aquellos siglos.

Por ejemplo, en las murallas que protegen la fortaleza se puede apreciar como los muros son mucho más anchos en su base, una forma de evitar la labor de los zapadores, quiénes solían excavar en la parte baja de los muros para destruirlos o incendiarlos.

También es interesante ver las saeteras dispuestas a lo largo de la construcción. Unas ventanas abiertas en los muros, pero que en su exterior son sumamente estrechas para que sea muy difícil que los arqueros atacantes acierten con una flecha. Pero sin embargo, el derrame hacia el interior de esas saeteras, hace que en el interior sean mucho más amplias, facilitando así el movimiento de los arqueros que las protegían.

Igualmente se puede observar como la mayoría de las torres son de planta circular o curva, lo cual las hacía más resistentes a los arietes o a los minados subterráneos. Si bien en el anillo externo de las murallas se aprecia un poderoso torreón cuadrado, que en realidad es una reconstrucción de 1285, tras la toma bereber del castillo.

Mientras que las torres que se ven en el segundo anillo, el interior, son circulares y además de elementos defensivos también eran el lugar donde se encontraban los dormitorios de los habitantes, sus almacenes de provisiones, las estancias privadas de los personajes con más mando, e incluso los salones para banquetes, además de alguna capilla, y es que no hay que olvidar que sus ocupantes, los guerreros de la Orden del Hospital era una mezcla de soldados y monjes.

Incluso en una de esas torres se instaló un molino de viento para moler grano. Y es que los castillos medievales habían de estar preparados para resistir largos asedios, por eso se había de proveer de existencias para esos periodos. De ahí también la presencia de inmensos espacios abovedados en el interior del recinto para albergar y almacenar mercancías.

Otra de las notas de interés del Krak des Chevaliers es como en los muros del segundo anillo amurallado aparece un glacis o muro inclinado que alcanza más de 24 metros de espesor. Una inclinación resistente a ciertos terremotos y también mucho más resistente al ataque con proyectiles desde el exterior.

Y por si fueran pocas todas esas medidas defensivas, además el acceso al interior desde se practicaba a través de un cuerpo de guardia que protege una estrecha rampa abovedada. Un espacio que no permite el paso de muchas personas, y por el que los asaltantes no podían portar armamento pesado como arietes, y además es fácilmente defendible desde el alto.

En definitiva, el Krak de Chevaliers es un magnífico ejemplo de la arquitectura militar medieval durante el siglo XI.