La Catedral de Durham
La catedral de esta ciudad inglesa es de enorme proporciones, ya que su nave central alcanza una longitud de 120 metros y es un tercio más ancha que otro de los grandes templos románicos de la época, como es el caso de la iglesia de Saint Sernin de Toulouse, en Francia.
Y sin embargo, pese a sus dimensiones, tan sólo se invirtieron unos cuarenta años, entre el 1093 y el 1130, lo cual es bastante destacable teniendo en cuenta los medios constructivos con los que se contaba durante esas décadas del Medievo.
Su gran novedad arquitectónica es que se cubre con bóveda de crucería, más bien de se trata de una bóveda de arista (sección semicircular) con nervaduras. Y este fue el primer caso en la historia en que se utilizó tal elemento constructivo de forma sistemática. Y además se trata de una nave central que posee tres pisos bien diferenciados.
Otra curiosidad es que en la nave central los tramos de bóveda de crucería son rectangulares, el doble de largos que los tramos de bóveda de las naves laterales, donde tienen una proporción cuadrada. Esto significa que únicamente aparecen arcos torales transversales sobre los apoyos impares de la nave central, de forma que esos apoyos son diferentes teniendo en cuenta su función. De ahí la diferencia entre las sencillas formas cilíndricas de los apoyos pares, y la complejidad de los impares compuestos por un núcleo rectangular al que se adosan fustes de pilastras y haces de columnas que se unen a las nervaduras de la bóveda.
El maestro de obras que dirigió la construcción de esta catedral descubrió algunos recursos que iban a ser claves en la evolución de la arquitectura. Por ejemplo, se dio cuenta de que para sostener el abovedamiento no era necesario crear un estructura excesivamente pesada, gracias la existencia de los nervios cruzados que trasladaban los empujes a los pilares y columnas. No obstante, eran únicamente unos primeros ensayos y lógicamente no halló todas las posibilidades de este sistema, algo que llegaría décadas después con el esplendor del arte Gótico, en gran parte por la llegada al continente europeo de artistas y canteros de origen normando procedentes de tierras inglesas.
Aún así, la catedral de Durham continúa hoy en día en pie y sigue siendo un importantísimo templo del norte de Inglaterra, en realidad de todo el país. Y artísticamente está considerada como uno de los mejores ejemplos del románico británico, que allí se conoce como arquitectura normanda, tanto que desde 1986 forma parte de la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
La catedral, bajo las advocaciones de Cristo, la Virgen María y san Cutberto, es la sede del Obispo de Durham, sin duda alguna uno de los personajes históricos más relevantes e influyentes de la iglesia anglicana hasta bien entrado el siglo XIX.