Madrasa del sultán Hassan
Este edificio se encuentra en la ciudad egipcia de El Cairo y se construyó entre los años 1356 y 1359. El resultado definitivo es un conjunto complejo en cuyo interior no solo se acoge una madrasa, lo que es una escuela coránica, sino que al mismo tiempo es mezquita y el mausoleo del propio sultán Hassan.
Todo ello se articula a partir de un enorme patio central cuadrado, con cuatro alas, cada una con un desarrollo diferente. Este patio, que es el corazón del edificio, es un espacio abierto que permite la entrada de luz natural y facilita la circulación de aire, contribuyendo a un ambiente de tranquilidad y serenidad, propicio para la oración y el estudio.
Dispuestas de forma simétrica dentro de ese complejo arquitectónico se encuentran cuatro espacios destinados a madrasas, y son cuatro porque existían cuatro corrientes teológicas: la maleqi, la hanifí, la safií y la hambalí. No obstante, en la arquitectura islámica esta convivencia entre las mezquitas y las madrasas, a veces incluso llega a ser mucho más compleja ya que pueden incorporarse dentro del conjunto otros espacios destinados a escuelas primarias y hasta conventos para los estudiosos de la religión de Alá.
Todo el edificio se construyó con piedra sillar, algo común en la arquitectura mameluca de aquel momento en Egipto, y razón por la cual muchas de las construcciones promovidas por los mamelucos han llegado hasta nuestro días en extraordinarias condiciones de conservación.
Además de las madrasas, un espacio de gran interés dentro de este edificio es el mausoleo del sultán Hassan, situado junto a la propia mezquita. Se trata de una zona de planta cuadrada que en altura se convierte en un tambor octogonal que a su vez sirve de soporte a partir de unas trompas para una cúpula en forma de melón, con doble casquete y en la que se pueden ver abundantes relieves. En este mausoleo se sabe que trabajaron diferentes artistas y artesanos de variados orígenes, llegados desde tierras de Siria o de Irán, lo cual queda de manifiesto claramente en muchos de los tipos y estilo de los detalles ornamentales que se pueden ver en el interior.
La Madrasa del sultán Hassan es un ejemplo excepcional de la arquitectura mameluca, caracterizada por su monumentalidad y su rica ornamentación. La fachada del edificio, con sus altas torres y su imponente portal, es un testimonio del poder y la riqueza del sultán Hassan. La decoración interior, con sus intrincados diseños geométricos y florales, refleja la sofisticación y la creatividad de los artesanos de la época.
En cuanto al alminar, en su parte baja es octogonal, pero conforme avanza en altura se va transformando en una sección cilíndrica, algo que se consigue por la creación de balconcillos en derredor colgantes gracias al empleo de trompas. Es el típico alminar de características mamelucas, donde lo que más llama la atención es su esbeltez. Y tanto gustaron sus formas y presencia en su momento, que incluso se fueron añadiendo este tipo de alminares a otras mezquitas construidas en épocas anteriores, aunque su estilizada altura no cuadrara excesivamente con el resto del edificio.
La Madrasa del sultán Hassan, con su compleja estructura y su rica ornamentación, es un testimonio de la grandeza de la civilización islámica en el siglo XIV. Es un lugar de gran importancia histórica y cultural, que sigue siendo un centro de aprendizaje y de oración para la comunidad musulmana de El Cairo.