Necrópolis de Puig des Molins en Ibiza
Este yacimiento arqueológico se encuentra en el mismo núcleo urbano de Ibiza, y sin duda alguna nos habla de los orígenes de la capital de esta isla balear.
De hecho, la Necrópolis fenicio-púnica de Puig des Molins forma parte del selecto Patrimonio de la Humanidad según la UNESCO, formando pareja con el yacimiento fenicio de Sa Caleta, situado más al sur de la ciudad, cerca del aeropuerto ibicenco. Y es que según dice la propia declaración de 1999 ambos lugares:
“Aportan un testimonio excepcional de la urbanización y la vida social de las colonias fenicias en el Mediterráneo. Y constituyen una fuente única, en cantidad e importancia, de los descubrimientos de las culturas fenicia y cartaginesa”.
Este lugar fue el gran cementerio de la ciudad desde sus mismos orígenes, allá por el siglo VII antes de Cristo, cuando los fenicios se establecieron en la bahía de Ibiza. Y poco después cuando llegaron los cartagineses, Puig des Molins siguió siendo el espacio de enterramiento. E incluso, posteriormente con los romanos asentados aquí. O sea, que aquí fueron enterrados los antiguos habitantes de Ibiza durante unos 1.000 años.
El resultado es una inmensa necrópolis en la que se estima que hay más de 3.500 enterramientos, de los cuales se han excavado unos tres centenares. Prácticamente todos ellos del tipo hipogeo (hipo = bajo, geo = tierra). Tumbas en forma de pozo que dan acceso a una cámara excavada en la roca, donde se colocaban grandes sarcófagos con los restos de los difuntos y el ajuar funerario de sus creencias.
Todo un conjunto arqueológico de valor incalculable que fue fruto de un hallazgo para la ciencia un tanto casual, ya que el verdadero descubridor fue una mula que se cayó por uno de esos pozos y al rescatarla se comprobó que la entrañas de Ibiza guardaban esas antiquísimas cámaras funerarias.
Hay que tener en cuenta que la zona en un momento dado dejó de ser utilizada como cementerio y pasó a ser campo agrícola donde se plantaron olivos, algarrobos, almendros o higueras. Y hasta en la parte alta se construyeron unos molinos, de ahí, la denominación del paraje.
Sin embargo, cuando se descubrieron los hipogeos se comenzaron las excavaciones arqueológicas, si bien en muchos casos se adelantaron los expoliadores del patrimonio y buscadores de tesoros que entraban a las tumbas a robar todo los objetos de valor.
No obstante, y por fortuna no acabaron con todo, y los investigadores de forma continua han ido sacando a la luz un gran número de objetos históricos, desde monedas fenicias o romanas, hasta cerámicas de lo más variado, desde joyas hasta imágenes de los dioses de la Antigüedad, sin olvidar amuletos, juegos, armas, etc. Todo ello ha servido para crear un colección importantísima que se expone en el Museo de la Necrópolis de Puig des Molins, todo un referente cultural y turístico para la capital ibicenca.