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Palacio Cnosos

Publicado por Laura Prieto Fernández

En la cuenca del Mediterráneo confluyeron una serie de factores tanto sociales, políticos como culturales que hicieron florecer un foco cultural que marcaría el arte de occidente, no obstante antes de que griegos y romanos tomasen el poder del Mediterráneo, una serie de pueblos prehelénicos ya establecieron las bases estilísticas sobre las que se asentarán las futuras innovaciones artísticas y culturales. En la isla de Creta se desarrolló la civilización minoica, que a día de hoy está considerada como la primera cultura del continente europeo. La cultura minoica dataría de la Edad de Bronce y cobre, entre los años 3000 a.C. y 1450 a.C. cuando Micenas tomó la hegemonía de la cuenca del Egeo.

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La obra que hoy analizamos aquí, es sin lugar a dudas el conjunto arqueológico más destacable de esta época, el conocido como Palacio de Cnosos. La obra original parece datar del año 2000 a.C. no obstante, en el año 1700 a.C. Creta sufrió un fuerte terremoto que acabó con gran parte de la estructura palaciega, durante los años siguientes hubo algunas remodelaciones pero también numerosos destrozos hasta que en el 1400 a.C. fue abandonado hasta la llegada de los romanos. No es fácil distinguir la historia de la leyenda en lo que al palacio se refiere, algunos historiadores hablan de la posibilidad de que el Palacio de Cnosos perteneciese al mítico rey Midas y parece ser que el poeta Ovidio pudo inspirarse en su intrincada configuración para escribir el mito de Teseo y el Minotauro.

Sea como fuere, lo cierto es que no nos encontramos ante un palacio al uso, los palacios monoicos se configuraban como palacios-ciudades, lo cual implica que en su interior se acogían numerosas estancias con múltiples uso y no solo como residencia del monarca sino también otras con funciones políticas, económicas, administrativas, de justicia o incluso estancias destinadas al ocio y el tiempo libre de los ciudadanos.

En el centro de la construcción destaca un gran patio central con forma cuadrangular, a partir de éste se puede establecer una división en dos alas, la oriental y la occidental cada una con un acceso, uno al norte y otro al sur. El palacio es completamente orgánico y laberíntico lo cual quiere decir, que las salas se iban añadiendo en función de las necesidades que iban surgiendo, sin ningún orden o plano.

Si bien es cierto que la arquitectura griega es fácilmente distinguible de la de sus predecesores, en el Palacio de Cnosos encontramos algunas de las características que después se desarrollarán en la arquitectura helénica como pueden ser los techos adintelados o las columnas tronco piramidales invertidas que remiten a las formas dóricas.