Palacio Farnesio
Este palacio romano en parte es obra de Miguel Ángel Buonarroti en su faceta como arquitecto. Si bien es cierto que la construcción inicial la comenzó Antonio Sangallo el Joven, quién inició las obras hacia el año 1517. Pero el palacio no fue concluido hasta más allá del 1550, ya siendo el maestro de obras Miguel Ángel.
Se trata de la tipología de palacio exento, construido siguiendo las pautas del esquema de palacio florentino de tres alturas. La estructura la marcan la forma de las ventanas, entre las que destacan la del segundo piso, donde se alternan los frontones curvos y los de formas rectas.
También llama la atención la portada, donde se abre un balcón y se ve un gran escudo heráldico del Papa. Y todo esta fachada queda cobijada bajo un alero gigantesco, elevado a partir de un entablamento clásico, que como en el orden dórico de edificios como el Partenón se organiza con la alternancia de triglifos y metopas.
Esta apariencia es fruto de diversos cambios desde la concepción inicial de Sangallo. Este arquitecto recibió el encargo del Cardenal Farnesio en 1515. Entonces se trataba de construir un palacio de cuerpo único y cúbico cerrado, y donde ocuparía el centro un patio interior. Sin embargo, este cardenal se convirtió en el Papa Pablo III en 1534, y su pontificado iba a durar hasta el año 1550. Con ese nuevo cargo, se decidió que el edificio debería ser mucho más ambicioso, ya que se iba a convertir en la residencia de la amplia familia papal. Por ello, el mismo Sangallo, planteó un edificio más urbano, con tres pisos bien definidos.
También se decidió eliminar las formas almohadilladas de los sillares del paramento exterior, que le daban una apariencia excesivamente defensiva, y se necesitaba algo más de elegancia. Algo que en el nuevo planteamiento iba a recaer en la forma de las ventanas, especialmente en las del piano nobile, o sea, la segunda planta.
Pero Sangallo murió en el año 1546 y no pudo concluir la obra, y en ese momento se encargó a Buonarrotti que prosiguiera con los trabajos. En cuanto Miguel Ángel se hizo cargo del proyecto, uno de sus cambios inmediatos fue el nuevo tratamiento que quiso dar a la portada principal, creando ese sistema de unión entre la puerta, el balcón que avanza hacia delante y el gran escudo heráldico coronando ese conjunto.
Además Miguel Ángel fue quién concibió la cornisa muy volada y las ménsulas del cuerpo inferior. Y no acabaron aquí sus modificaciones al proyecto de Sangallo el Joven, porque Miguel Ángel creó el antesalón como estancia que servía para darle mucha más importancia al salón principal, al igual que decoró mucho más el piso superior del patio interior.
Esto en cuanto a lo que finalmente se materializó, pero gracias a la conservación de documentos de la época, sabemos que las modificaciones iban más allá. Por ejemplo, proyectó romper el carácter cerrado del cubo del palacio con la incorporación de una loggia calada de sensación transparente en la parte posterior del edificio, de manera que sus arcadas conectarían con los jardines, el río Tiber en las proximidades y una segunda posesión de la familia, La Farnesina. Una idea que rompía con ciertos preceptos de la arquitectura renacentista y que anticipaba ideas más propias del siguiente estilo artístico: el Barroco.