Petit Trianon
Jacques Gabriel (1698 – 1782) es uno de los arquitectos franceses más importantes del periodo artístico correspondiente al Neoclasicismo. Y dentro de toda su producción arquitectónica, una de sus obras más renombradas es este palacete integrado dentro del conjunto monumental de Versalles.
Concretamente el Petit Trianon lo proyectó entre los años 1762 y 1764 tras acabar la construcción de la Ópera de Versalles.
De acuerdo a los preceptos neoclásicos, este edificio posee una modulación perfectamente clásica, y se accede mediante un pórtico tetrástilo, con columnas que siguen las características del orden corintio, simulando de este modo la apariencia de un templo clásico.
Jacques Gabriel se puede decir que con sus múltiples encargos desde mediados del siglo XIX para el rey francés Luis XV es quién inició la arquitectura plenamente neoclásica pese a su muerte en 1782, una fecha prácticamente previa a la irrupción más oficial del Neoclasicismo Pleno.
Su primer edificio importante fue la Escuela Militar situada en París, una obra en la que se observan todavía muchos elementos propios del final de la época barroca, pero que ya introduce su habitual pórtico tetrástilo, y eso que lo concibió en el año 1751. Y tan sólo tres años después realizó sus dos edificios que dan la entrada a la Plaza de la Concordia, también en la capital francesa.
Se puede decir que el conjunto de la obra de Jacques Gabriel se catalogaría como unos edificios propios de un momento de transición. Ya que se trata de construcciones en las que su aspecto exterior es de característica neoclásicas, pero en el interior se conservan diferentes elementos ornamentales más propios del estilo precedente: el barroco.
Un ejemplo es este Petit Trianon, cuya apariencia sin duda trata de evitar la pomposidad de los edificios más versallescos, el conjunto arquitectónico barroco francés por antonomasia.
Se trata de un edificio en el que se plasma su idea más clásica del decorum y la sencillez, si bien al mismo tiempo es capaz de otorgar a esta residencia la elegancia y el donaire típico de los pequeños apartamentos barrocos de Versalles.
Todo el edificio se rige por una palpable claridad volumétrica, especialmente manifestado en el énfasis que se pone en la masa cúbica, una característica que se seguirá durante las décadas posteriores en el resto de la arquitectura neoclásica, y no sólo en Francia, sino en toda Europa e incluso atravesando el océano Atlántico y llegando hasta los edificios oficiales de Estados Unidos y varios países de Latinoamérica.
En definitiva, se trata de una arquitectura sencilla, perfectamente equilibrada y uniforme, aunque esto no es impedimento para que haya cierta vivacidad y dinamismo gracias a sutiles variaciones en los elementos decorativos que se pueden hallar a lo largo de sus fachadas.