Pirámide de Tenayuca
Esta pirámide de la cultura azteca está considerada como uno de los grandes antecedentes de la arquitectura de este pueblo mexicano. En realidad, es una obra en la que se invirtieron muchos años en su construcción, concretamente se edificó aproximadamente entre el 1300 y el 1500, y se realizó a lo largo de ochos etapas diferentes de ampliación, unas ampliaciones que se sabe que afectaban tanto a la planta como al alzado.
Se conoce que las dos primeras fases se llevaron a cabo con anterioridad al 1350, durante el llamado periodo Chichimeca, y que las seis fases siguientes ya son propiamente obra azteca.
Cuando se acometía cada una de estas reformas, no se destruía la estructura piramidal precedente, sino que se conservaba y servía de relleno para la nueva obra a ejecutar.
En la actualidad, esta pirámide la constituyen una serie de plataformas escalonadas, con perfil en talud y que en su parte frontal muestra una doble escalinata, ya que en la cúspide de la construcción hay dos templos distintos. Uno dedicado al dios Tlaloc y el otro a Huitzilopochtli.
La unión de los cultos a Tlaloc y a Huitzilopochtli se ha interpretado como que aquella cultura emparejaba tradiciones sedentarias y las nómadas, o la unión de una vocación agrícola junto a las necesidades de los movimientos militares, facetas claves para comprender los modos de vida y la historia del pueblo azteca.
Esta obra es muy importante para los historiadores del arte debido a su tipología arquitectónica, por su doble escalinata ascendente y por los dos templos gemelos de la cima, cuyos antecedentes se pueden rastrear en la cultura chichimeca, y que los aztecas no dudaron en apropiarse de dicha tipología.
La ciudad de Tenayuca estaba situada a unos 10 km de México D.F, si bien una urbe con el crecimiento tan desmesurado que ha tenido la capital del país, ha hecho que en la actualidad estos fantásticos restos arqueológicos hayan quedado englobados dentro del solar urbano.
La excavación que los sacó con todo su esplendor a la luz tuvo lugar entre 1925 y 1930, cuando apareció la pirámide, así como varios altares, y sobre todo unas figuras de una xiuhcoatl, o sea, unas serpientes de cuerpos enrollados.
Al principio se ha dicho que esta Pirámide de Tenayuca está considerada como un gran antecedente de la arquitectura azteca, y es que de alguna forma aquí están las claves para entender la estructura piramidal de una de las obras aztecas más importantes que han llegado hasta nuestros días: el Templo Mayor de la ciudad de Tenochtitlán.